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Génesis 41: José interpreta el sueño de Faraón

José interpreta los sueños del faraón.

El encuentro de José con el faraón se desarrolla de la siguiente manera: Primero se establece la relación correcta. El faraón declara que no hay quien interprete sus sueños, pero que tiene noticias que José es un “probado” intérprete de sueños. José responde precisa y categóricamente que no es él sino Dios quien ha de responder al sueño del faraón. La práctica de interpretación de sueños no era novedad. La novedad era que se establece que la interpretación de sueños no depende de técnicas humanas sino de una intervención de Dios. Ya en la cárcel José había establecido esta verdad. Segundo, se relata el sueño con precisión y sin interrupción. El relato es similar al anyerior, excepto que el faraón agrega su impresión a lo horroroso de las siete vacas flacas (jamás he visto otras y su apariencia seguía siendo tan mala). El faraón admite que a pesar de haber relatado su sueño a los magos (los tecnócratas de la época) nadie los pudo interpretar. He aquí un hombre poderoso sin recurso técnico ante un sueño.

Tercero, José responde al faraón interpretando los sueños. Varios aspectos son resaltantes en la interpretación de José. Primero, se establece que es Dios quien está detrás de todo este sueño. Culturalmente los sueños son atribuidos a recursos, fuerzas o impulsos internos de la persona humana. Por tanto su interpretación depende de una técnica humana especial. Pero en este caso es Dios quien está mostrando al faraón lo que va a acontecer. Aun más, Dios está en total y único control de ejecutar el futuro. Segundo, se explica el significado del sueño. Ya no es una interpretación basada en una técnica sino una revelación asignada a una persona de especial relación con Dios. José ya no es un simple practicante de interpretación de sueños, sino un profeta del Dios de la historia. El foco de atención no es el sueño en sí sino es Dios quien al ejecutar su plan se preocupa del bienestar del ser humano y ya teniendo en cuenta a la descendencia de Abraham, su escogido. El significado de los sueños no es muy complejo. Los sueños tienen un mismo mensaje e indican la determinación inalterable y urgente de Dios. Habrá siete años de gran abundancia productiva seguidos de siete años de grave escasez. La causa directa y final es Dios. La causa natural no se menciona, pero se comprende que esto es posible y debido al comportamiento del río Nilo. Aquí hay una declaración importante para el faraón: el futuro de Egipto no depende del Nilo, sino de Dios.

José urge al faraón tomar acción para enfrentar la situación futura.

Aunque importante la correcta interpretación, la revelación de Dios demanda una respuesta humana. José aconseja dicha respuesta basándola en lo siguiente:

Primero, su certeza de que Dios va a ejecutar su propósito. Nada hay más para discutir. Las revelaciones de Dios son finales y deben ser aceptadas por el hombre.

Segundo, José anuncia que ahora hay una responsabilidad grande en el faraón. El debe tomar las medidas y precauciones necesarias a la situación. La misericordia de Dios se extiende en la revelación del futuro. El cuidado y resguardo del mismo está a cargo del ser humano. Según la Biblia, el bienestar y sobrevivencia de toda la nación es la responsabilidad intransferible del poder político. El apóstol Pablo afirma que la autoridad política legítimamente constituida (constituido por Dios) es servidor de Dios para el bien del ciudadano.

Tercero, José expone la necesidad de un plan nacional completo e integral que incluye estos elementos:

Primero, el nombramiento de una autoridad administrativa centralizada y responsable ante el faraón de toda la política a ejecutarse. Las cualidades de esta persona se especifican claramente: con conocimientos técnicos (entendido) y capacidades administrativas (sabio).

Segundo, que se adopte una organización política dividiendo el país en territorios con gobernantes locales quienes se encarguen de la ejecución del plan nacional.

Tercero, la adopción de un plan de almacenamiento que incluya una recaudación del 20% del producto como un impuesto nacional y la preservación adecuada de los productos recaudados en los años de abundancia como previsión para los años de escasez. Los funcionarios o gobernantes territoriales serán los responsables ante el faraón de la recaudación y almacenamiento de los productos en lugares estratégicos. El propósito final de todo este plan es el de evitar la ruina del país y asegurar la sobrevivencia poblacional. Si la interpretación de sueños destaca a José como profeta, el consejo de un plan nacional lo destaca como un hombre sabio y prudente. Es interesante reflexionar que sus capacidades administrativas las aprendió como “ayudante” o “mano derecha” de su padre. Seguro que por la recurrencia de escasez en Canaán, una política de prevención y una estrategia de sobrevivencia era muy necesaria. A ello se debe agregar su desarrollo como mayordomo exitoso en la casa de Potifar y luego en la cárcel. No está demás insistir que la diligencia y responsabilidad humana complementan necesariamente a la elección de Dios como instrumento de bendición. José ofrece todo el beneficio de su relación con Dios (espiritual) al interpretar el sueño y su capacidad intelectual al ofrecer un plan de acción. El cumplimiento de la promesa patriarcal de bendición a todas las familias de la tierra se cumple en este escogido.

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