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Génesis 22: Dios ordena a Abraham que sacrifique a Isaac

De esta formidable prueba en la vida de Abraham aprendemos varias lecciones importantes:

1. La fe siempre tiene sus pruebas. El hecho de ser cristianos no significa que las pruebas estarán ausentes de la experiencia diaria. Entre más grande la fe, tanto más grandes serán las pruebas.

2. La fe puede brillar a pesar de las pruebas. Quitemos de la experiencia de Abraham las pruebas y observaremos que su fe no tiene ningún sentido ni significado. La fe debe ser probada a fin de que crezca y se desarrolle bien.

3. La fe, a pesar de la prueba, debe glorificar a Dios. La historia de Abraham fue escrita con lágrimas y sangre, pero Dios lo glorificó por medio de sus pruebas. El haber triunfado sobre las pruebas le otorgó el alto privilegio de que Dios lo llamara «mi amigo». ¿Hay otro grado más alto que éste? Nosotros también tenemos la oportunidad de obedecer por medio de la fe y ser así amigos de Jesús.

Podemos observar muchos paralelismos cuando miramos desde la perspectiva cristiana. La iglesia cristiana es el resultado de un nuevo pacto, no simplemente de una renovación. El nuevo pacto está basado en la dádiva amorosa de Dios el Padre y la obediencia incondicional de Jesucristo, el Hijo unigénito. Incluye un propósito misionero universal, poder victorioso sobre los enemigos y la presencia permanente de Dios en cada generación.

Los descendientes de Nacor, hermano de Abraham.

Nacor, el hermano de Abraham, tuvo doce descendientes, número indicado para formar una nación. Y efectivamente, más tarde esta descendencia logra una identidad de nación (los arameos o sirios) y ubicación territorial en una amplia zona al nordeste del río Jordán. La relación entre los descendientes de Abraham y Nacor es estrecha (relación sanguínea, idiomas muy parecidos) pero también de hostilidad, especialmente durante la monarquía. Esta familia es importante al pacto porque ha de proveer las esposas apropiadas tanto para Isaac como para Jacob, que permiten a la descendencia de Abraham continuar dentro del propósito del pacto. Paralela a la fidelidad de Abraham al pacto, Dios, (Jehová -yireh) estaba proveyendo los recursos humanos necesarios para evitar que la descendencia de Abraham se contaminara religiosamente o fuera asimilada por matrimonios mixtos por los habitantes de la tierra prometida.

Abraham vino a hacer duelo por Sara y a llorarla. Abraham lamenta la pérdida de su esposa, Sara. La expresión de su dolor fue genuino y como buen esposo quiso hacer lo mejor a su alcance para dar digna sepultura a la compañera de su vida. El dolor, el sufrimiento y el sentimiento de pérdida de nuestros seres queridos viene tarde o temprano a nuestra vida y debemos encontrar la manera sana y normal de expresar esos sentimientos. Si no expresamos nuestro pesar y dolor personal por las vías adecuadas podemos caer fácilmente en adicciones o dependencias para tratar de esconder el sufrimiento. Si expresamos nuestros sentimientos de tristeza constructivamente, ellos no nos harán mucho daño.

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