Es difícil soltar lo que amamos profundamente. ¿Qué podría ser más apropiado que amar al único hijo? Aun entonces, cuando le damos a Dios lo que El nos pide, nos devuelve mucho más de lo que nosotros pudiésemos haber soñado. Los beneficios espirituales de sus bendiciones superan enormemente nuestros sacrificios. ¿Ha dejado usted de entregarle a Dios su amor, sus hijos o su tiempo? Confíe en que El proveerá
Gén 22:13 Entonces alzó Abraham sus ojos y miró, y he aquí a sus espaldas un carnero trabado en un zarzal por sus cuernos; y fue Abraham y tomó el carnero, y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo.
Isaac nació de Abraham y Sara como resultado de la promesa del pacto. El mandato divino a Abraham de sacrificar a Isaac fue la prueba suprema que demostraría tanto la reverencia de Abraham como su confianza en la fidelidad divina a la promesa del pacto. Preparó a Isaac para ser ofrecido, con la certeza de que Dios lo levantaría de la muerte misma. Dios intervino a tiempo y proveyó un cordero para ser sacrificado en lugar de Isaac. Esta es una dramática prefiguración de la ofrenda que Dios habría de dar mediante su Hijo unigénito para que muriera en lugar nuestro.
Observe el paralelo que hay entre el carnero ofrecido en el altar como un sustituto de Isaac y Cristo mismo ofrecido en la cruz como nuestro sustituto. Mientras que Dios detuvo a Abram para que no sacrificara a su hijo, Dios no libró a su propio Hijo, Jesús, de morir en la cruz. Si Jesús no hubiera muerto, el resto de la humanidad hubiera perecido. Dios envió a su único Hijo a morir por nosotros para librarnos de la muerte eterna que merecemos y en su lugar, darnos vida eterna
Gén 22:14 Y llamó Abraham el nombre de aquel lugar, Jehová proveerá. Por tanto se dice hoy: En el monte de Jehová será provisto.
Una visión de Dios debe a menudo primero morir, y luego el Señor resucita la visión de en medio de sus cenizas. Jehová proveerá.
Gén 22:15 Y llamó el ángel de Jehová a Abraham por segunda vez desde el cielo,
Gén 22:16 y dijo: Por mí mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto, y no me has rehusado tu hijo, tu único hijo;
Por mí mismo he jurado : «Porque no podía jurar por nadie mayor, juró por sí mismo» (Heb_6:13). Dios también usó este incidente para resolver el problema de una vez por todas: los sacrificios humanos estaban prohibidos.
Gén 22:17 de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos.
Gén 22:18 En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz.
Abraham recibió grandes bendiciones por su obediencia a Dios. Primeramente, Dios dio a Abraham la capacidad de conquistar a sus enemigos. En segundo lugar, Dios prometió a Abraham hijos y nietos que serían de bendición a toda la tierra. Sus vidas cambiarían al conocer la fe de Abraham y sus descendientes. Muy a menudo pensamos que las bendiciones son regalos que vamos a disfrutar. Pero cuando Dios bendice, su bendición se extiende a otros.
Gén 22:19 Y volvió Abraham a sus siervos, y se levantaron y se fueron juntos a Beerseba; y habitó Abraham en Beerseba.
Gén 22:20 Aconteció después de estas cosas, que fue dada noticia a Abraham, diciendo: He aquí que también Milca ha dado a luz hijos a Nacor tu hermano:
Gén 22:21 Uz su primogénito, Buz su hermano, Kemuel padre de Aram,