Gén 18:15 Entonces Sara negó, diciendo: No me reí; porque tuvo miedo. Y él dijo: No es así, sino que te has reído.
Abraham había reído antes, y ahora lo hace Sara también. La más dura reacción de Dios para con ella indica que Sara se mantenía incrédula, y no meramente asombrada.
Sara mintió porque tenía miedo de ser descubierta. El temor es el motivo más común de mentir. Tememos que nuestros pensamientos y emociones internos queden al descubierto o se descubran nuestras malas acciones. Pero la mentira ocasiona complicaciones mayores que el decir la verdad. Si no podemos confiarle a Dios nuestros pensamientos y temores más íntimos, estamos en peores problemas de lo que nos imaginamos.
Gén 18:16 Y los varones se levantaron de allí, y miraron hacia Sodoma; y Abraham iba con ellos acompañándolos.
Gén 18:17 Y Jehová dijo: ¿Encubriré yo a Abraham lo que voy a hacer,
Gén 18:18 habiendo de ser Abraham una nación grande y fuerte, y habiendo de ser benditas en él todas las naciones de la tierra?
Gén 18:19 Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y juicio, para que haga venir Jehová sobre Abraham lo que ha hablado acerca de él.
Gén 18:20 Entonces Jehová le dijo: Por cuanto el clamor contra Sodoma y Gomorra se aumenta más y más, y el pecado de ellos se ha agravado en extremo,
Gén 18:21 descenderé ahora, y veré si han consumado su obra según el clamor que ha venido hasta mí; y si no, lo sabré.
Según el clamor : Confirma que el juicio de Dios es perfecto y absolutamente equilibrado.
Dios puso una prueba justa a los hombres de Sodoma. Aunque no ignoraba las perversidades que se cometían allí, en su justicia y paciencia concedió a la gente de Sodoma una última oportunidad para volverse a El. Dios todavía tiene la esperanza de que la gente se vuelva hacia Él. El sabio se volverá a El antes de que se agote su paciencia.
Gén 18:22 Y se apartaron de allí los varones, y fueron hacia Sodoma; pero Abraham estaba aún delante de Jehová.
Gén 18:23 Y se acercó Abraham y dijo: ¿Destruirás también al justo con el impío?
Gén 18:24 Quizá haya cincuenta justos dentro de la ciudad: ¿destruirás también y no perdonarás al lugar por amor a los cincuenta justos que estén dentro de él?
Gén 18:25 Lejos de ti el hacer tal, que hagas morir al justo con el impío, y que sea el justo tratado como el impío; nunca tal hagas. El Juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo?
¿Estaba siendo Dios injusto con la gente de Sodoma? ¿Estaba de veras planeando destruir a los justos junto con los malvados? No, la justicia de Dios resaltó:
(1) estuvo de acuerdo en perdonar a la ciudad entera si encontraba allí diez justos;
(2) mostró misericordia hacia Lot, aparentemente el único hombre en la ciudad que tenía cierta relación con El, y hasta eso era cuestionable;
(3) mostró mucha paciencia para con Lot, al casi forzarlo a abandonar Sodoma antes de que fuera destruida. Recuerde la paciencia de Dios cuando sea tentado a pensar que El es injusto. Hasta la gente más justa merece castigo. Debemos estar contentos de que Dios no nos aplique su justicia como lo hizo con Sodoma.