Oligarquía quiere decir el gobierno a cargo de los pocos, y se puede justificar diciendo que siempre son pocos los que son idóneos para gobernar. Aristocracia quiere decir el gobierno a cargo de los mejores, pero hay que definir quiénes son los mejores. Plutocracia quiere decir el gobierno a cargo de los ricos, y se justifica por la pretensión de que los que tienen la mayor participación en las riquezas del país es lógico que tengan derecho a gobernarlo. Democracia quiere decir el gobierno a cargo del pueblo, por el pueblo, para el pueblo. El Cristianismo es la única democracia verdadera, porque en un estado cristiano cada uno debe pensar tanto en su prójimo como en sí mismo. La libertad cristiana no es el desmadre, por la sencilla pero tremenda razón de que el cristiano no es una persona que ha llegado a ser libre para pecar; sino que, por la gracia de Dios, es libre para no pecar.
Pablo añade un consejo sombrío: «A menos que resolváis el problema de vivir juntos, os haréis la vida imposible recíprocamente.» A fin de cuentas, el egoísmo no exalta a la persona humana, sino que la rebaja, y destruye.
Las cosas malas
Tened presente lo que os digo: Que vuestra conducta y conversación estén bajo el control del Espíritu, y no dejéis que los deseos de la parte inferior de vuestra naturaleza se salgan con la suya. Porque los deseos de vuestra naturaleza inferior son todo lo contrario de los deseos del Espíritu, y los deseos del Espíritu son todo lo contrario de los de vuestra naturaleza inferior, y ambos se oponen radicalmente entre sí para que no podáis hacer lo que queráis. Las obras de la naturaleza humana inferior son bien conocidas: fornicación, impureza, desenfreno, idolatría, brujería, enemistad, rivalidad, celos, furia iricontrodada, interés propio, disensión, divisiones heréticas, envidia, borracheras, juergas y cosas por el estilo. Os advierto, otra vez, que los que hacen cosas así no heredarán el Reino de Dios. No hay nadie que haya sido más consciente que Pablo de la tensión que hay en la naturaleza humana. Como decía el soldado del poema de Studdert Kennedy: Yo soy hombre, y un hombre es una mezcla desde el instante de su nacimiento: una parte procede de la tierra, y otra parte, del cielo.
Para Pablo era esencial el que la libertad cristiana no se tomara como libertad para complacer a la parte inferior de la naturaleza humana, sino para conducirse en la vida del Espíritu. Nos da todo un catálogo de cosas malas. Cada una de las palabras que usa nos presenta todo un cuadro. Fornicación: Se ha dicho, y es verdad, que la única virtud totalmente nueva que aportó el Cristianismo al mundo fue la castidad. El Cristianismo llegó a un mundo en el que la inmoralidad sexual no solo se permitía, sino se consideraba como algo esencial a la vida normal.
Impureza: La palabra que usa Pablo (akatharsía) es interesante. Puede querer decir el pus de una herida infectada, o un árbol que no se ha podado nunca, o un material que no se ha colado debidamente. En su forma positiva (katharós, adjetivo que quiere decir puro) se usa corrientemente en los contratos de casa para describir una casa que se deja limpia y en buenas condiciones. Pero el uso más sugestivo de katharós es con referencia a la pureza ceremonial que le permite a una persona participar en los cultos a Dios. La impureza, pues, es lo que hace que una persona no esté en condiciones de acercarse a Dios, la contaminación de la vida con cosas que nos separan de Dios.
Desenfreno: Esta palabra (asélgueia) se traduce corrientemente por lujuria en la versión Reina-Valera (Marcos 7:22; 2 Corintios 12:21; Gálatas 5:19; Efesios 4:19, libertinaje; 1 Pedro 4:3, lascivias; Judas 4, libertinaje; Romanos 13:13, y 2 Pedro 2:18, vicios). Se ha definido como «disposición para cualquier placer.» La persona que lo practica, se dice que no tiene freno, que está desenfrenada, que hace todo lo que el capricho y la insolencia puedan sugerirle. Josefo le aplicaba esta cualidad a Jezabel cuando construyó un templo dedicado a Baal en Jerusalén. La idea que encierra es la de una persona que está tan avanzada en el deseo que ha dejado de importarle lo que los demás puedan decir o pensar.
Idolatría: Esto quiere decir el culto de dioses que han hecho las manos humanas. Es el pecado en el que las cosas materiales han desplazado a Dios y tomado Su lugar.
Brujería: Esta palabra quiere decir literalmente el uso de drogas. Puede querer decir el uso conveniente de drogas que hace un médico; pero también puede querer decir envenenar, y llegó a relacionarse muy especialmente con la utilizacón de las pócimas en la magia, que era muy corriente en el mundo antiguo.
Enemistad: La idea es la de una persona que es permanentemente, característicamente hostil a sus semejantes; es precisamente lo contrario de la virtud cristiana del amor a los hermanos y a todos los seres humanos.
Rivalidad: En un principio esta palabra tenía que ver principalmente con la rivalidad para obtener premios. Hasta se podía usar en un buen sentido en relación con las competiciones deportivas; pero mucho más corrientemente se refería a la rivalidad que se manifiesta en peleas y riñas.