Ornamentación del templo
El profeta describe al detalle la ornamentación interna del vestíbulo, del santuario y del santísimo. Como se halla situado fuera del santísimo, es decir, en el santuario, llama parte interna al santísimo. El -profeta puntualiza que todos los compartimentos y partes del edificio estaban revestidos de adornos y relieves, que representaban querubines y palmas. La decoración es análoga a la del templo salomónico. La palma era característica de la decoración egipcia, y los querubes, de la mesopotámica. El profeta trabaja en su imaginación con el recuerdo del antiguo templo destruido por los babilonios.
Los pilares del templo, o mejor, la puerta del hekal, con un pilar cuadrangular que la dividía, recordaban también el templo salomónico. Ezequiel tiene preferencia por la arquitectura cuadrada. La puerta del santísimo tenía dos batientes, y cada uno de éstos doble hoja, que se plegaban. Frente al recinto del santísimo estaba una mesa de madera, que debía de ser donde ponían los “panes de la proposición,” considerados como la “comida de Yahvé”. Los cuerpos del altar eran los rebordes levantados de los ángulos.