Ezequiel 37:1 El valle de los huesos secos[a] La mano de Jehová vino sobre mí,[b] me llevó en el espíritu de Jehová y me puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos.[c]
La visión del valle de los huesos secos ha sido objeto de varias interpretaciones. Algunos lo ven como una predicción sobre el retorno de los exiliados; como una doctrina del AT sobre la resurrección del cuerpo; o como una analogía sobre la regeneración espiritual y el nacimiento de la Iglesia. Los partidarios de la interpretación dispensacional ven aquí la resurrección y restauración del Israel histórico. Contextualmente, puede considerársele un mensaje de esperanza para un pueblo desposeído cuya capital fue asolada y su gente enviada al exilio. Cualquiera que sea el significado preciso de son la casa de Israel, o de pueblo mío . . . os traeré a la tierra de Israel, está claro que Dios tiene un futuro que ofrecerle, más allá del cautiverio en Babilonia, a aquellos que creen en él. Y cuidará de que sigan adelante, no importa cuán grande sea el milagro que se necesite, para que ello se convierta en realidad. La realización del milagro tendrá lugar en dos etapas.
La mano de Jehová : Un valle : La misma palabra hebrea se traduce como «campo». Donde antes se había pronunciado juicio se proclama ahora la esperanza. Huesos : Contextualmente, esto representa a los exiliados, quienes, habían abandonado toda esperanza de revivir el reino de Israel, tras 10 años de estancia en Babilonia.
Esta visión ilustra la promesa, una nueva vida y una nación restaurada, tanto física como espiritualmente. Los huesos secos ejemplifican el cautiverio judío: esparcidos y muertos. Los dos palos representan la unión de la nación dividida de Israel, después de Salomón, en los reinos del norte y del sur. Los cautivos esparcidos de Israel y de Judá serían liberados de sus «sepulcros» de cautiverio y algún día se reunirían en su tierra natal, con el Mesías como líder. Esta visión aún no se ha cumplido. Ezequiel sintió que quizás hablaba a los muertos cuando predicaba a los cautivos porque casi no respondieron a su mensaje. ¡Pero estos huesos respondieron! Y de la misma forma en la que Dios vivificó los huesos secos, volverá a dar vida a su pueblo espiritualmente muerto.
Ezequiel 37:2 Me hizo pasar cerca de ellos, a su alrededor, y vi que eran muchísimos sobre la faz del campo y, por cierto, secos en gran manera.
Muchísimos : El número total de exiliados, virtualmente todo lo que había quedado de la nación. Secos : Alusión al estado de la esperanza entre el pueblo de Israel y el milagro que se requería para reanimar la nación.
Ezequiel 37:3 Y me dijo: –Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos? Yo le respondí: –Señor, Jehová, tú lo sabes.
Ezequiel 37:4 Me dijo entonces: –Profetiza sobre estos huesos, y diles: “¡Huesos secos, oíd palabra de Jehová!
Ezequiel 37:5 Así ha dicho Jehová, el Señor, a estos huesos: Yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis.[d]
Los huesos secos representaban la condición de muerte espiritual del pueblo. A lo mejor su iglesia le parezca un montón de huesos secos, espiritualmente muertos sin una esperanza de vitalidad. Pero de la misma manera que Dios prometió restaurar a su nación, puede restaurar cualquier iglesia, por seca o muerta que esté. En vez de rendirse, ore pidiendo una renovación, ya que Dios puede restaurarla a la vida. La esperanza y la oración de toda iglesia debe ser que Dios deposite su Espíritu en ella. En efecto, Dios está obrando al llamar a su pueblo para que vuelva a El, dando vida nueva a las iglesias muertas.
Espíritu : El término hebreo ruah puede ser traducido como «aliento», «viento» o «espíritu».