Éxo 7:11 Entonces llamó también Faraón sabios y hechiceros, e hicieron también lo mismo los hechiceros de Egipto con sus encantamientos;
Egipto, como el resto de las culturas del Medio Oriente, era un país donde la magia florecía. Se creía que a través de la magia era posible influenciar o controlar a los dioses. Los sabios eran hombres que conocían las artes del ocultismo; los hechiceros dominaban las fórmulas y los encantos mágicos; los magos eran los encargados de los libros de magia. Su éxito provisional muestra el poder de Satanás para imitar ciertos milagros.
¿Cómo fue posible que los encantadores y los magos imitaran los milagros de Moisés? Algunos de sus actos involucraban trucos o mera ilusión, y otros pudieron utilizar el poder satánico, ya que adorar dioses del mundo de los muertos era parte de su religión. Irónicamente, cada vez que los encantadores imitaban las plagas de Moisés, sólo empeoraba las cosas. Si los magos hubieran sido tan poderosos como Dios, habrían podido revertir las plagas, no añadirlas.
Éxo 7:12 pues echó cada uno su vara, las cuales se volvieron culebras; mas la vara de Aarón devoró las varas de ellos.
Dios realizó un milagro al convertir la vara de Aarón en una serpiente. Pero los magos de Faraón pudieron imitar el acto con trucos o hechicería. Aunque los milagros nos pueden ayudar a creer, es muy peligroso depender sólo de ellos. Satanás puede imitar algunas partes de la obra de Dios y sacar a la gente del camino. Faraón centró toda su atención sólo en los milagros y no en el mensaje. Podemos evitar cometer este error al permitir que la Palabra de Dios sea la base de nuestra fe. Ningún milagro de Dios respaldaría cualquier mensaje contrario a las enseñanzas de su Palabra.
Éxo 7:13 Y el corazón de Faraón se endureció, y no los escuchó, como Jehová lo había dicho.
Los ancianos de Israel no pidieron señales, pero cuando las vieron, creyeron (4.30, 31). Faraón pidió una señal, pero cuando vio una, no creyó.
La plaga de sangre
Éxo 7:14 Entonces Jehová dijo a Moisés: El corazón de Faraón está endurecido, y no quiere dejar ir al pueblo.
Éxo 7:15 Ve por la mañana a Faraón, he aquí que él sale al río; y tú ponte a la ribera delante de él, y toma en tu mano la vara que se volvió culebra,
Éxo 7:16 y dile: Jehová el Dios de los hebreos me ha enviado a ti, diciendo: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva en el desierto; y he aquí que hasta ahora no has querido oír.
Éxo 7:17 Así ha dicho Jehová: En esto conocerás que yo soy Jehová: he aquí, yo golpearé con la vara que tengo en mi mano el agua que está en el río, y se convertirá en sangre.(B)
Además de ser llamadas «maravillas», las intervenciones de Dios en Egipto se denominan comúnmente «plagas», a causa del verbo hebreo que describe estas acciones: Yo golpearé y Yo castigaré. Ello subraya el juicio a que Dios los somete. Muchas de las plagas están dirigidas tanto contra los dioses como contra los mismos egipcios. Con cada plaga Dios demuestra que los distintos dioses egipcios no tienen poder y están siendo castigados.