Éxodo 24: Moisés y los ancianos en el Monte Sinaí

(3) Solían sellar los pactos con sangre. Moisés, al esparcir la mitad de la sangre sobre el altarx y la mitad sobre el pueblox, simbólicamente unía a Jehová y al pueblo. Lo central en la ceremonia era el hecho de rociar al pueblo con la sangre y, de alguna manera misteriosa, la sangre simbolizaba la purificación y el perdón provistos por el Señor;. La palabra pacto (berithx) significaba “unir” o “formar un lazo de unión”. Se formalizaba un contrato (un acuerdo o un pacto) por medio de matar un animal y dividirlo en dos partes. Después, los participantes en el pacto pasaban entre las dos partes y simbólicamente daban su voto de guardarlo fielmente. Si uno lo quebrantaba, sería muerto como el animal sacrificado. De la práctica se decía que el confirmar un acuerdo era “cortar un pacto.”

(4) La comida era una parte vital en la ratificación del pacto. Había varias clases de sacrificios ofrecidos por los hebreos. Los holocaustosxeran sacrificios totalmente consumidos por el fuego del altar. El simbolismo era el de una entrega total a Dios. Los sacrificios de paz eran aquellos que incluían una comida fraternal entre los participantes. Se comían la carne del animal sacrificado y ofrecían la sangre y la gordura a Dios. La ceremonia simbolizaba la paz y el compañerismo entre los participantes mismos y entre ellos y Dios; entonces, se ratificó el pacto en Sinaí con un sacrificio de paz.

El Señor Jesucristo tomó el concepto de la ceremonia y, antes de su crucifixión, lo desarrolló con aún más claridad. En el aposento alto, la última vez que estuvo con los discípulos, después de darles el pan les dio la copa y les dijo: Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del pacto, la cual es derramada para el perdón de pecados para muchos….

En la ratificación del pacto, el texto indica que vieron a Dios. El v. 10 emplea el verbo ra’ah H7200; el v. 11 emplea otro vocablo, chazah . Se emplea ra’ah normalmente para ver con el ojo físico y chazah significa más bien contemplar algo visto en una visión. A la luz, ningún hombre me verá y quedará vivo, posiblemente se trata aquí de una experiencia que era difícil poner en palabras humanas. Ellos no levantaron los ojos porque la única cosa que vieron era algo como un pavimento debajo de sus pies. Era como algo trasparente y azul comparable solamente en pureza al mismo cielo. Con el encuentro, se dieron cuenta de quién era, y al entenderlo, tal como al comprender una idea, decían que vieron a Dios porque contemplaron la grandeza de la visión parcial de él que se les concedió. De todos modos, vieron a Dios y milagrosamente, no murieron: no extendió su mano contra los principales de los hijos de Israel… y comieron y bebieron.

Moisés sube al monte de Dios.

Al concluir la ceremonia de ratificación, el Señor les prometió dar el Decálogo por escrito a Moisés. La entrega de las estipulaciones del pacto servía así para confirmar los mandamientos entregados oralmente, y se los preservaba como requisitos para el renuevo del pacto con las generaciones futuras. Sin la renovación por cada generación, quedaría el pacto anulado e inválido.

Entonces Moisés subió al monte… La gloria de Jehová posó sobre el monte Sinaí… Y la apariencia de la gloria de Jehová en la cumbre del monte era como un fuego consumidor ante los ojos de los hijos de Israel… Y estuvo Moisés en el monte cuarenta días y cuarenta noches.

La narración histórica de la entrega del Decálogo se interrumpe hasta el capítulo 34. Mientras tanto, el autor dirige la atención hacia el culto y la legislación que tratan de la adoración a Dios.

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