Éxo 24:12 Entonces Jehová dijo a Moisés: Sube a mí al monte, y espera allá, y te daré tablas de piedra, y la ley, y mandamientos que he escrito para enseñarles.
Tradicionalmente se pensaba que las tablas de piedra contenían los Diez Mandamientos, pero esto no se afirma claramente.
Éxo 24:13 Y se levantó Moisés con Josué su servidor, y Moisés subió al monte de Dios.
Éxo 24:14 Y dijo a los ancianos: Esperadnos aquí hasta que volvamos a vosotros; y he aquí Aarón y Hur están con vosotros; el que tuviere asuntos, acuda a ellos.
Éxo 24:15 Entonces Moisés subió al monte, y una nube cubrió el monte.
Éxo 24:16 Y la gloria de Jehová reposó sobre el monte Sinaí, y la nube lo cubrió por seis días; y al séptimo día llamó a Moisés de en medio de la nube.
Éxo 24:17 Y la apariencia de la gloria de Jehová era como un fuego abrasador en la cumbre del monte, a los ojos de los hijos de Israel.
Éxo 24:18 Y entró Moisés en medio de la nube, y subió al monte; y estuvo Moisés en el monte cuarenta días y cuarenta noches.(C)
El pacto ratificado.
Al concluir la dádiva de la leyx, el Señor indicó a Moisés lo que el pueblo debía hacer para sellar el pacto. Había dos elementos principales en la ceremonia: el rociamiento de los ancianos con la sangre del pacto y una comida compartida ante el Señor. La ceremonia era importantísima porque confirmó públicamente lo que había sido aceptado en forma particular por la gente.
El Señor le dijo a Moisés: Subid ante Jehová , tú, Aarón, Nadab, Abihú y setenta de los ancianos de Israel. Moisés bajó del monte y refirió al pueblo todas las palabras (diberai) de Jehová y todos los decretos (mishpatim, y todo el pueblo respondió… “Haremos todas las cosas que Jehová ha dicho“.
Nadab y Abihú eran hijos de Aarón; desgraciadamente, después de su consagración al sacerdocio, no fueron fieles en el ejercicio del oficio y perdieron sus vidas al poner fuego extraño en sus incensarios delante de Jehová. Setenta de los ancianos de Israel fueron escogidos para la ceremonia y fueron representantes de la nación. Un anciano era el mayor de una familia y tenía la autoridad jurídica sobre ella fundada sobre el concepto tradicional del mayorazgo. Los números tenían valores simbólicos: siete era el número perfecto; diez era el número completo. Setenta, siete por diez, llegó a ser considerado simbólicamente como el número ideal para gobernar o llevar a cabo el ministerio de Dios.
Probablemente las palabrasx son una referencia al Decálogo, y los decretos se refiere a las leyes que se encuentran en el Libro del Pacto.
Moisés escribió todas las palabras de Jehová. ¿Cuáles eran? No es del todo claro. Por cierto es la segunda referencia a la actividad literaria de Moisés; sin embargo, es la primera referencia a su trabajo de poner por escrito material legal. Más tarde el Señor prometió dar a Moisés las tablas de piedra con la ley y los mandamientos (escritos por Dios mismo. Posiblemente Moisés escribió lo que había escuchado en el monte y después el Señor le entregó la copia oficial, o las tablas que contenían los Diez Mandamientos.
Había dos actos en la ceremonia de sellar el pacto; uno fue la consagración de los representantes del pueblo y el otro fue la ratificación del pacto. En la ceremonia de ratificación del pacto había varios elementos importantes:
(1) Moisés y unos jóvenes sirvieron de sacerdotesx. Antes de establecer oficialmente el sacerdocio, cualquiera podía hacerlo, especialmente si representaba a la familia. Es de interés notar que Moisés incluía a jóvenes en la ceremonia; no era exclusivamente para los ancianos.
(2) La sangre, considerada la fuente de vida, era tratada con sumo cuidado. La vida del animal del sacrificio era don de Dios; se debía tratarla con sumo cuidado. El pacto era don de Dios; debían recibirlo libremente y tratarlo con sumo respecto.