La destrucción del ejército egipcio.
En el momento más desesperado, Jehová abrió un paso con un fuerte viento del oriente e Israel entró en medio del mar. Con la luz de la madrugada los egipcios vieron a los israelitas huyendo y los persiguieron, y entraron en el mar tras ellos.., y el camino de escape para Israel llegó a ser uno de destrucción para el ejército egipcio. En una forma antropomórfica, Jehová miró… desde la columna de fuego y de nube, y sembró confusión en el ejército de los egipcios. Trabó las ruedas de sus carros, de modo que se desplazaban pesadamente.
Aquí hay un juego con la palabra pesadez. Cuando Moisés pidió permiso de salir al desierto en un viaje de tres días para celebrar una fiesta a Jehová , el faraón hizo más pesado el trabajo de los hombres de Israel. Cuando los egipcios trataron de cruzar el mar persiguiendo a Israel, el Señor trabó las ruedas de sus carros de modo que se desplazaban pesadamente. La LXX lo interpreta diciendo que las ruedas se enlodaban. El faraón cosechó lo que había sembrado.
Demasiado tarde los egipcios trataron de retirarse: ¡Huyamos… porque Jehová combate por ellos… !. Lo triste es que conocían el nombre de Jehová ; habían pasado por las plagas anteriores. (¡Que fácil es pensar que el responder a las admoniciones del Señor es para otras personas y para otro tiempo!) Otra vez el Señor mandó a Moisés que extendiera su mano sobre el mar, y al hacerlo, volvieron las aguas y quedó atrapado lo mejor del ejército de Egipto. Casi se puede sentir la angustia y frustración del faraón y el alto mando al ver desde la orilla la destrucción de la unidad selecta que habían mandado a perseguir a los hebreos: Las aguas… cubrieron los carros y los jinetes, junto con todo el ejército del faraón que había entrado en el mar tras ellos. No quedó de ellos ni uno solo.
En cuanto al conflicto entre Jehová y los dioses de Egipto, se cerró el capítulo. Jehová había demostrado que era Señor de la historia tal como lo era de la naturaleza. Ahora era tiempo de que Israel se diera cuenta de esta verdad.
La fe israelita.
Con la liberación hecha por Jehová , Israel vio a los egipcios muertos a la orilla del mar —el lado este, su lado— el que apenas habían alcanzado, y se dio cuenta de la gran hazaña realizada por Jehová. Finalmente llegaron al punto de temer a Jehová y creer en él y en su siervo Moisés.
Teológicamente el texto interpreta la hazaña: Jehová libró o salvó a Israel aquel día. Es la primera vez que el verbo aparece en la Biblia con Dios como el sujeto. El verbo salvar quiere decir «ser ancho», «ser espacioso», o «ser libre». En el contexto quiere decir que Jehová libró a Israel de la mano del faraón y de la esclavitud. Aquel día brotó en Israel un temor que era reverencia hacia Dios, y creyó en él. El verbo creer aquí significa «quedarse firme» (estar firme), o «confiar en …». La raíz del verbo significa «apoyarse sobre algo o alguien» o «poner su peso sobre algo. Esta vez la experiencia era diferente de la indicada en 4:31, cuando el pueblo creyó al oír que Dios había visto su aflicción. A la orilla del mar nació la fe del pueblo, que iba a durar a pesar de las muchas dificultades venideras.