Comprometidos a Sembrar La Palabra de Dios

Éxodo 14: Los israelitas cruzan el Mar Rojo

4. El juicio del Señor es justo y, mientras haya vida, el juicio tiene un propósito redentor; sin embargo, Dios no violará el libre albedrío individual. Cada uno tendrá que responder personalmente a las señales de Dios mientras que haya oportunidad. No obstante, tal como en la experiencia de faraón, vendrá la noche cuando se ha de acabar la paciencia divina y el juicio final llegará sin otra oportunidad de arrepentirse.

La respuesta divina.

Evidentemente Moisés, aun con su fe, había llevado alguna queja al Señor. Dios le respondió: ¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que se marchen. A veces es más fácil proclamar la fe que practicarla, y a veces molesta la respuesta que Dios da a las inquietudes. Para Israel, ponerse en marcha sería entrar en el mar. No había salida; los egipcios se acercaban por atrás y el mar quedaba en frente.

Entonces el Señor le mandó a Moisés que alzara la vara y extendiera su mano sobre el mar y lo dividiera para que el pueblo lo pasara en seco. Cuando quedaron cerrados todos los caminos de escape, el Señor abrió uno nuevo. Dios hizo lo imposible: no mostró un camino para rodear la dificultad, sino que abrió uno nuevo que la atravesaba. Sin embargo, el pueblo y Moisés tendrían que confiar y obedecer a Dios. El pueblo tendría que marchar hacia el mar, y Moisés tendría que dividir el agua. Al seguirles los egipcios en el camino, Dios mostraría su gloria en el faraón, en sus carros y en sus jinetes.

La protección divina.

El uso de la frase ángel de Dios no es tan común como la expresión «el ángel de Jehová «; sin embargo, las dos frases son intercambiables. El ángel de Dios era una teofanía (una aparición de Dios) en la cual la presencia de Dios era una realidad evidente. La columna de nube no únicamente servía como guía, sino también como protección para el pueblo. El ángel de Dios que iba delante del pueblo se trasladó en la forma de la columna de nube y se puso detrás, entre el campamento de Israel y los egipcios. Para éstos era nube y tinieblas mientras que para Israel servía de iluminación, y toda aquella noche no hubo contacto entre los dos. La nube demoraba a los egipcios para lograr su objetivo de capturar los fugitivos; a Israel le daba tiempo para que Moisés obedeciera al Señor y dividiera las aguas.

Hasta ahora el capítulo ha tratado de dos planes: el del faraón y el de Dios. Para lograr el de Dios, se pusieron en acción dos elementos: Di a los hijos de Israel que se marchen, y el ángel de Dios se puso detrás de campamento. Ahora se acercaba el clímax de la historia del éxodo. El Señor ha de poner en acción los elementos finales e Israel saldrá un pueblo nuevo, con una fe nueva y con una libertad no amenazada por el poder faraónico.

El cruce del mar en seco.

Moisés hizo de acuerdo con la palabra de Dios y extendió su mano sobre el mar, y Jehová hizo que éste se retirase con un fuerte viento del oriente que sopló toda aquella noche…. Eran dos los elementos del milagro: la mano levantada y el fuerte viento del oriente. Se combinaron dos cosas: lo sobrenatural y lo natural; lo maravilloso y lo ordinario; por la vara y por el viento.

Es imposible reconstruir los detalles del cruce del mar. El texto se preocupa mayormente del significado teológico del hecho y poco de la explicación de los aspectos físicos. Sin embargo, hoy en día muchos buscan explicaciones racionales que concuerden con las «leyes naturales». Así, se han propuesto varias teorías, aunque todas presentan problemas:

(1) Un fuerte viento occidental abrió un paso amontonando las aguas a la derecha y a la izquierda. La objeción mayor a esta teoría es la dificultad que Israel tendría en marchar directamente de cara a un viento tan fuerte.

(2) Un fuerte soplo del viento hizo retirar las aguas de la cabecera del golfo. Existe la misma dificultad.

(3) Hubo una actividad sísmica o volcánica que produjo una baja del agua que permitió pasar al pueblo. Al entrar los egipcios hubo un aguaje que los destruyó.

(4) Los israelitas cruzaron por un vado de la cabecera del golfo con bajamar mientras que los egipcios se extraviaron en la nube y fueron destruidos al crecer la pleamar.

Ayúdanos a continuar sembrando La Palbara de Dios

WebDedicado ha sido autorizado a recaudar los fondos para continuar con La Gran Comisión


Deja el primer comentario

Otros artículos de Nuestro Blog

Que pueden ser de interés para ti de acuerdo a tus lecturas previas.