Actitudes en la adoración,
Dios es uno de los absolutos en el pensamiento del sabio. Nuestro pasaje tiene que ver con la conducta ante Dios que debe ser seria, meditada, reverente, como lo requiere la infinita distancia que hay entre Dios y el hombre. Encontramos dos divisiones naturales: Cuando vayas a la casa de Dios y cuando hagas un voto a Dios; 5:1 y 5:4, respectivamente. Ambos pasajes terminan de una manera similar, sin que tengamos que pensar que en algún momento del texto se encontraban uno después del otro. Adorar a Dios y prometer a Dios, dice el sabio, es algo que el hombre no puede hacer a la ligera. Ni debe permitir que elementos extraños enturbien la relación con Dios obrando neciamente y obteniendo de esta comunión con Dios sólo frustración.
Guarda tu pie, “cuida tu conducta”. El comportamiento en la casa de Dios debe ser motivo de preocupación para el que asiste a ella. El sacrificio de los necios: La ofrenda del adorador, el sacrificio, era el momento solemne del culto; éste puede ser menoscabado por una disposición impropia del momento.
No te precipites. “Ni con los labios ni con el pensamiento”. Porque tu Dios está en el cielo… Refleja el pensamiento que recogió Kierkegaard para su filosofía y más tarde Karl Barth para su teología, cada uno con un particular significado. Sean pocas tus palabras. El silencio es la actitud reverente ante Dios.
Pues de la mucha preocupación (versículo 3). Dios Habla Hoy interpreta “porque por mucho pensar se tienen pesadillas y por mucho hablar se dicen tonterías”. Posiblemente un refrán popular, parecido al castellano “el que poco habla poco yerra”. Evidentemente cuando se está ante Dios ha llegado el “tiempo para callar”. Cuando hagas un voto a Dios (versículo 4). El voto era una promesa hecha a Dios. La ley hebrea regulaba la forma y validez de los votos. Sobre los votos como obligatorios el Señor protestó cuando se usaban como excusa para dejar de lado obligaciones más urgentes. El voto es obligante, hay que reflexionar antes de hacerlo.
Ni digas delante del mensajero (versículo 6), de acuerdo a Malaquías 2:7, el mensajero es el sacerdote. Al no cumplir el voto no puede hacer que el sacerdote lo anule admitiendo que fue un error. También hay vanidades y muchas palabras (versículo 7). El sentido general es el del versículo 3, se critica el palabrerío. El original hebreo parece mutilado y no hay manera satisfactoria de entenderlo. Todo el pasaje puede resumirse como en el comentario judío The Socino Press: “Qohélet resume la enseñanza de la sección en este versículo. Podría ser traducido: ‘Por (la penalidad mencionada es el efecto de) la multitud de sueños y vanidades y muchas palabras’. El significado de sueños se determina por su uso en el versículo 2 (3 en castellano). La excesiva preocupación por su uso en la tarea de adquirir muchas riquezas, la vana búsqueda detrás de muchas riquezas, y las largas oraciones que llevan a hacer votos que no se pueden pagar; estas eran las faltas que motivaban el enojo de Dios y hacían incurrir en el castigo que él infligía.”
El engaño de las riquezas
La lógica no es necesariamente la que motiva los hechos de los hombres ni tampoco la que puede explicar la historia. Cuando el sabio contempla la vida humana que bulle a su alrededor no ve otra cosa que contradicciones, pero de esas contradicciones aprende: La vida humana y la historia humana son los libros del texto en que adquiere su sabiduría. ¿Qué le sugiere al sabio el abigarrado mundo que le rodea? Si no puede hablarse de una manera absoluta del sentido de la vida, sí puede hablarse de un concepto de ella que la haga placentera; es una meta más modesta, pero siendo que lo absoluto pertenece a Dios es una meta posible y a ella se remite el sabio. He aquí, pues, el bien que yo he visto; que lo agradable es comer y beber, y tomar satisfacción en todo el duro trabajo con que se afana debajo del sol, durante los contados días de la vida que Dios le ha dado; porque esto es su porción.
La humilde vida del hombre, compuesta de comer, beber y trabajar es, con todo, su porción, la que Dios, el dador de toda buena dádiva, le ha otorgado. Parece muy poco pero la significación que demos al concepto del trabajo nos permitirá una visión más amplia y siempre posible del pensamiento del Predicador. Trabajar no implica forzosamente la tarea ingrata de encontrar los medios para sobrevivir. El poeta trabaja, el investigador trabaja, el político trabaja, el sabio trabaja y de la misma manera el obrero. El trabajo debe ser creador en cualquiera de las esferas de que se trate. Debe ser creador y forjador de la personalidad del obrero. Mirando desde este punto de vista, la conclusión del Predicador no nos parece tan mortificante. En una provincia, división política en la organización del imperio persa.