Esta ley era vigente en la época patriarcal, según se desprende del incidente de Judá e Itamar. Por Rut sabemos que esta ley regía no sólo entre hermanos, sino aun entre parientes. La ley deuteronómica pretende, ante todo, salvar la descendencia del difunto. Por una ficción jurídica, el primer hijo del hermano del difunto y su viuda era considerado como hijo de éste, y como tal heredero en la sociedad israelita. El relato de Rut es el mejor comentario a esta ley. Esta es la llamada ley del levirato (de levir = cuñado). Se prohíbe el matrimonio entre cuñados, pero este caso parece una excepción, y se da sólo en determinadas condiciones: que los dos hermanos habiten uno junto al otro, lo que parece sugerir que tienen un mismo patrimonio familiar y que el hermano difunto no haya dejado descendencia. Se trata de resucitar su nombre en Israel y de conservar el patrimonio familiar. El texto no exige que el cuñado (yabam) esté soltero. Si éste no quiere tomar a la viuda de su hermano, ésta irá al tribunal de los ancianos de la ciudad y públicamente quitará la sandalia de su cuñado, escupiéndole en la cara por no haber querido suscitar familia a su hermano (no edifica la casa de su hermano). Según Rut, quitar la sandalia era renunciar a un derecho, pues el acto de posesión de un lugar o cosa se realiza afirmando el pie sobre él. El rito prescrito en el Deuteronomio es infamante para el cuñado que no quiere casarse con la viuda de su hermano, pues se interpreta como falta de afecto al hermano difunto; de ahí que su casa será llamada casa del descalzado, del que no quiso edificar la casa de su hermano.
En las leyes asirias encontramos esta institución del levirato, en virtud de la cual la viuda de un hermano muerto sin hijos pasaba automáticamente a ser esposa del otro, aunque la finalidad era diversa de la del Deuteronomio: conservar el derecho a la mujer comprada por la dote del hermano. Esta misma legislación aparece en los documentos de Nuzu. En tiempos de Cristo estaba vigente la ley del levirato, y, en ese supuesto, los escribas preguntan a Cristo sobre el marido verdadero de una mujer que se casó con siete hermanos sucesivamente.
Deu 25:11 Si algunos riñeren uno con otro, y se acercare la mujer de uno para librar a su marido de mano del que le hiere, y alargando su mano asiere de sus partes vergonzosas,
Deu 25:12 le cortarás entonces la mano; no la perdonarás.
El rigor de la pena indica la importancia que el legislador hebreo daba a las faltas contra el pudor. Es el único caso en que, fuera de la ley del tallón, se prescribe la pena de mutilación, que era muy frecuente en la legislación babilónica.
Deu 25:13 No tendrás en tu bolsa pesa grande y pesa chica,
Deu 25:14 ni tendrás en tu casa efa grande y efa pequeño.
Deu 25:15 Pesa exacta y justa tendrás; efa cabal y justo tendrás, para que tus días sean prolongados sobre la tierra que Jehová tu Dios te da.
Deu 25:16 Porque abominación es a Jehová tu Dios cualquiera que hace esto, y cualquiera que hace injusticia.(D)
Los negocios deben ser conducidos de acuerdo con los más elevados principios éticos.