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Deuteronomio 21: Expiación de un asesinato cuyo autor se desconoce

En la presencia de los sacerdotes, los ancianos de la ciudad lavaban sus manos sobre la vaquilla desnucada y confesaban la inocencia de la comunidad. El simbolismo de este acto explica el propósito de este ritual. La muerte del animal declaraba que los ancianos reconocían que la persona culpada debía morir por su crimen así como la ternera. Sin embargo, la acción de lavar las manos era una declaración solemne de que ellos y toda la comunidad eran inocentes y que ningún habitante de aquella ciudad era responsable de aquel crimen. La declaración de inocencia servía para testificar que la comunidad no tenía responsabilidad por el homicidio y que ellos desconocían quién había cometido el crimen. La palabra declararán tiene un sentido de testificar en una corte de ley. Con sus palabras y con el simbolismo de lavarse las manos, los ancianos declaraban dos veces que la comunidad era inocente del homicidio.

Después de haber declarado la inocencia de la comunidad, los ancianos oraban y suplicaban a Jehová que perdonara al pueblo. La palabra perdonada tiene la idea de “expiar” (heb. kipper). En el AT expiar era el acto por el cual Jehová perdonaba el pecado del pueblo y quitaba la contaminación. El acto de expiación era por medio de un sacrificio establecido por Jehová. La palabra kipper viene de una palabra que significa “cubrir”. El concepto básico de expiación implica eliminar un obstáculo que causa la separación entre una persona y Dios. La oración de los ancianos era entonces una suplica a Jehová para que aceptara la muerte de la ternera como una expiación de la sangre inocente derramada por una persona desconocida. La oración fue hecha al Dios que había redimido a Israel. La palabra redimido es una referencia a la redención de Israel de Egipto. Esta palabra aparece diversas veces en Deuteronomio para indicar la obra redentora de Dios. La oración de los ancianos fue hecha a Jehová por causa de su relación especial con Israel y porque él era un Dios compasivo, un Dios que se complacía de su pueblo.

Es posible que después del ritual de expiación y de la oración de los ancianos, los sacerdotes, actuando como representantes de Jehová, declaraban a la comunidad inocente de la sangre derramada y perdonaban al pueblo de la consecuencia del homicidio. De esta manera el pueblo de Israel quedaba purificado del crimen que había sido cometido en la comunidad.

Sangre inocente

La ley hacía provisión para remover la culpa corporal de una comunidad cuando encontraba evidencias de un crimen, pero no podían descubrir al culpable del crimen. La solución consistía en el sacrificio de un animal y el lavado de las manos de los sacerdotes sobre el animal sacrificado.

De la misma manera Cristo derramó su sangre inocente para expiar los pecados de toda la humanidad. Sin su acto de sacrificio, nuestra salvación no hubiera sido posible. Por eso, necesitamos reconocer su obra sacrificial, arrepentirnos de nuestros pecados, y confiar en que Cristo nos perdonará y nos limpiará de toda maldad.

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