La referencia a la esclavitud en Egipto aparece en la ley del sábado la cual exhorta a los israelitas prósperos a dar un día de descanso a los trabajadores, en la exhortación a obedecer las demandas del pacto, de hacer justicia al extranjero, y de hacer justicia a los extranjeros, a los huérfanos y a las viudas. La experiencia histórica y el sentimiento comunitario que existía en Israel identificaba a cada israelita con los que habían salido de Egipto. Esta es la razón que debía motivar a un israelita a ayudar a su esclavo: todos los israelitas habían sido esclavos en Egipto.
Pero hubo ocasiones cuando un esclavo deseaba quedarse en la casa de su señor. Muchas veces una persona se vendía por causa de pobreza o deudas y servía como esclavo para satisfacer sus deudas. Pero después de seis años de servir, esta persona todavía no tenía los medios para mantenerse a sí misma o temía confrontar otra vez la posibilidad de pobreza, o es posible que una persona genuinamente deseaba quedarse en el servicio de su señor. Confrontado con esta situación, esta persona podía decidir quedarse en la casa de su amo como esclavo. En este caso, él sería esclavo por toda su vida. Para afirmar su decisión de ser esclavo por vida, el esclavo tenía que someterse a una ceremonia pública. La evidencia de la decisión del esclavo de quedarse en la casa de su amo sería la perforación de una oreja con una lezna; esto sería la señal de su esclavitud por toda la vida. La ceremonia era hecha contra (o junto a) la puerta. En la ceremonia era hecha en la presencia de Dios, o sea, en el santuario. La RVA traduce la palabra elohim por jueces. Pero la nota indica que la traducción debería ser “Dios”. En el libro de Exodo, la ceremonia era religiosa, pero porque el libro de Deuteronomio presupone el santuario central, el deuteronomista hace la ceremonia secular, hecha en la casa del dueño del esclavo. Por esta razón, la oreja del esclavo era perforada contra la puerta de la casa para indicar que el esclavo se había unido a la casa de su amo.
El parece indicar que hubo oposición entre algunos israelitas que consideraban la ley, limitando la esclavitud por motivos económicos, una imposición en su propia situación económica. Es posible que, en algunos casos, la deuda fuera muy grande y que la liberación del esclavo bajo las condiciones presupuesta por esta ley, causaría una pérdida económica muy grande para el dueño del esclavo. Pero la ley ofrece dos razones para motivar al dueño a liberar a su esclavo. Primeramente, el esclavo había trabajado por la mitad del salario de un jornalero. O sea, al dueño del esclavo le hubiera costado dos veces más si hubiera empleado un trabajador para hacer el trabajo del esclavo. La segunda razón es que Jehová, como recompensa por la generosidad del dueño en liberar a su esclavo, iba a bendecir todas las cosas que él hiciera.
Esta es la cuarta vez que Dios promete bendecir a aquel que ayuda a otra persona. La promesa de bendición debía servir a los israelitas como un estímulo para ayudar a las personas necesitadas.
Verdades prácticas
1. En la educación cristiana debemos reconocer el lugar de la historia. En los tiempos de avivamiento en la vida de Israel la historia sagrada fue contada como un acontecimiento fresco. Así debemos contar la historia de la Biblia.
2. Debemos contar nuestra experiencia personal con Cristo. La esclavitud y el rescate es la historia de cada cristiano. No hay conversión aburrida. Aunque no sea tan dramática como la conversión de Pablo, nuestra salvación es digna de contar, porque es la antigua historia encarnada en nuestra vida.