Daniel 4:1 Nabucodonosor rey, a todos los pueblos, naciones y lenguas que moran en toda la tierra: Paz os sea multiplicada.
Aunque Nabucodonosor había sido testigo de milagrosas intervenciones de Jehová, y atribuía al espíritu de los dioses santos (v. 8) el don dado a Daniel para interpretar sueños, su propio corazón estaba aún lleno de orgullo. Además, no había subordinado su propio reino al reino de Dios, quien enfrenta a Nabucodonosor con su propio orgullo y la desmesurada exaltación de su reinado, en la visión del frondoso árbol , símbolo del monarca y su dinastía.
Daniel 4:2 Conviene que yo declare las señales y milagros que el Dios Altísimo ha hecho conmigo.
Aunque Nabucodonosor alabó al Dios de Daniel, no creía plenamente en El ni se sometía únicamente a El. Mucha gente va a la iglesia y utiliza un vocabulario espiritual, pero en el fondo no creen en Dios ni le obedecen. Profesión no siempre es sinónimo de posesión. ¿Hasta qué punto sus creencias están a la par de su obediencia?
Daniel 4:3 ¡Cuán grandes son sus señales, y cuán potentes sus maravillas! Su reino, reino sempiterno, y su señorío de generación en generación.
Daniel 4:4 Yo Nabucodonosor estaba tranquilo en mi casa, y floreciente en mi palacio.
Daniel 4:5 Vi un sueño que me espantó, y tendido en cama, las imaginaciones y visiones de mi cabeza me turbaron.
Daniel 4:6 Por esto mandé que vinieran delante de mí todos los sabios de Babilonia, para que me mostrasen la interpretación del sueño.
Daniel 4:7 Y vinieron magos, astrólogos, caldeos y adivinos, y les dije el sueño, pero no me pudieron mostrar su interpretación,
Daniel 4:8 hasta que entró delante de mí Daniel, cuyo nombre es Beltsasar, como el nombre de mi dios, y en quien mora el espíritu de los dioses santos. Conté delante de él el sueño, diciendo:
Beltsasar significa «Que Bel proteja su vida». Bel era el principal dios babilonio.
Daniel 4:9 Beltsasar, jefe de los magos, ya que he entendido que hay en ti espíritu de los dioses santos, y que ningún misterio se te esconde, declárame las visiones de mi sueño que he visto, y su interpretación.
Daniel 4:10 Estas fueron las visiones de mi cabeza mientras estaba en mi cama: Me parecía ver en medio de la tierra un árbol, cuya altura era grande.
Daniel 4:11 Crecía este árbol, y se hacía fuerte, y su copa llegaba hasta el cielo, y se le alcanzaba a ver desde todos los confines de la tierra.
Daniel 4:12 Su follaje era hermoso y su fruto abundante, y había en él alimento para todos. Debajo de él se ponían a la sombra las bestias del campo, y en sus ramas hacían morada las aves del cielo, y se mantenía de él toda carne.
Daniel 4:13 Vi en las visiones de mi cabeza mientras estaba en mi cama, que he aquí un vigilante y santo descendía del cielo.
Vigilante ( s ) : ángeles designados a cumplir misiones especiales encomendadas por el Señor.
Daniel 4:14 Y clamaba fuertemente y decía así: Derribad el árbol, y cortad sus ramas, quitadle el follaje, y dispersad su fruto; váyanse las bestias que están debajo de él, y las aves de sus ramas.
Daniel 4:15 Mas la cepa de sus raíces dejaréis en la tierra, con atadura de hierro y de bronce entre la hierba del campo; sea mojado con el rocío del cielo, y con las bestias sea su parte entre la hierba de la tierra.
Daniel 4:16 Su corazón de hombre sea cambiado, y le sea dado corazón de bestia, y pasen sobre él siete tiempos.
Daniel 4:17 La sentencia es por decreto de los vigilantes, y por dicho de los santos la resolución, para que conozcan los vivientes que el Altísimo gobierna el reino de los hombres, y que a quien él quiere lo da, y constituye sobre él al más bajo de los hombres.
Los babilonios creían en vigilantes, seres espirituales que cuidaban el universo. Nabucodonosor explicó que estos mensajeros estaban anunciando lo que le sucedería a él y por qué.
Daniel 4:18 Yo el rey Nabucodonosor he visto este sueño. Tú, pues, Beltsasar, dirás la interpretación de él, porque todos los sabios de mi reino no han podido mostrarme su interpretación; mas tú puedes, porque mora en ti el espíritu de los dioses santos.
Daniel 4:19 Entonces Daniel, cuyo nombre era Beltsasar, quedó atónito casi una hora, y sus pensamientos lo turbaban. El rey habló y dijo: Beltsasar, no te turben ni el sueño ni su interpretación. Beltsasar respondió y dijo: Señor mío, el sueño sea para tus enemigos, y su interpretación para los que mal te quieren.
La interpretación de Daniel muestra la actitud misericordiosa de Dios aun ante paganos arrogantes, así como su deseo de que los poderes del mundo reconozcan su soberanía.
Cuando Daniel comprendió el sueño de Nabucodonosor, se quedó pasmado. ¿Cómo podía estar tan profundamente angustiado por el destino de Nabucodonosor, el rey culpable de la destrucción de su casa y de su nación? Daniel lo había perdonado, y por eso Dios podía utilizar a Daniel. Muy a menudo cuando alguien nos hace daño, se nos hace muy difícil olvidar el pasado. Probablemente hasta nos alegremos de que esa persona sufra. Perdonar es dejar el pasado atrás. ¿Puede usted amar a alguien que lo ha herido? Pida ayuda a Dios para perdonar, olvidar y amar. ¡Quizá Dios pueda utilizarlo de una manera extraordinaria en la vida de esa persona!
Daniel 4:20 El árbol que viste, que crecía y se hacía fuerte, y cuya copa llegaba hasta el cielo, y que se veía desde todos los confines de la tierra,
Daniel 4:21 cuyo follaje era hermoso, y su fruto abundante, y en que había alimento para todos, debajo del cual moraban las bestias del campo, y en cuyas ramas anidaban las aves del cielo,
Daniel 4:22 tú mismo eres, oh rey, que creciste y te hiciste fuerte, pues creció tu grandeza y ha llegado hasta el cielo, y tu dominio hasta los confines de la tierra.
Daniel 4:23 Y en cuanto a lo que vio el rey, un vigilante y santo que descendía del cielo y decía: Cortad el árbol y destruidlo; mas la cepa de sus raíces dejaréis en la tierra, con atadura de hierro y de bronce en la hierba del campo; y sea mojado con el rocío del cielo, y con las bestias del campo sea su parte, hasta que pasen sobre él siete tiempos;
Si bien el mundo entero pensaba que Nabucodonosor era un rey poderoso (hasta divino), Dios demostró que era un hombre común. Dios humilló a Nabucodonosor para demostrar que El, no Nabucodonosor, era el Señor de las naciones. El orgullo quizás sea una de las tentaciones más peligrosas. No deje que tus triunfos te hagan olvidarte de Dios.
Daniel 4:24 esta es la interpretación, oh rey, y la sentencia del Altísimo, que ha venido sobre mi señor el rey:
Daniel 4:25 Que te echarán de entre los hombres, y con las bestias del campo será tu morada, y con hierba del campo te apacentarán como a los bueyes, y con el rocío del cielo serás bañado; y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que conozcas que el Altísimo tiene dominio en el reino de los hombres, y que lo da a quien él quiere.
Esto alude al futuro reino universal de Dios. Todo gobierno humano se someterá a la trascendente autoridad del Dios vivo.
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