¿Cuántas veces te has dicho que no puedes? ¿Cuántas veces has dejado de lado tus más preciados sueños buscando refugio en frágiles excusas?
Te mereces algo mucho mejor. Tus sueños son tuyos por una muy buena razón y se merecen que les des vida.
Sí, tienes esos sueños, aún a pesar de que hayas elegido esconderlos hasta de ti. Y sí, puedes hacerlos realidad.
Deja de preocuparte tanto por hacer lo que todo el mundo espera de ti y tómate un instante para recordar las cosas que te resultan de veras importantes. Ellas apuntan, clara y directamente, a tus más preciados sueños.
¿Sería frívolo o egoísta perseguir esos sueños? No, lo que de verdad sería egoísta, es mantenerlos escondidos por siempre.
Es tanto lo que puedes ofrecer siendo lo mejor que podrías llegar a ser. Y cuanto más te brindes, más realización experimentarás.
Dale vida a los sueños que alimentan el alma, no los confundas nunca con realidades vanas, aunque tu mente sienta necesidad humana, de conseguir las metas y de escalar montañas, nunca rompas tus sueños, porque matas el alma.
Dale vida a tus sueños aunque te llamen loco, no los dejes que mueran de hastío poco, a poco, no les rompas las alas que son de fantasía, déjalos que vuelen contigo en compañía.
Dale vida a tus sueños, y con ellos volando, tocarás las estrellas, y ellas y el viento susurrando te contarán secretos que para ti han guardado y sentirás el cuerpo, con caricias bañado, del alma que despierta para estar a tu lado.
Dale vida a los sueños, que tienes escondidos, descubrirás que puedes vivir estos momentos con los ojos abiertos y los miedos dormidos, con los ojos cerrados y los sueños despiertos.
«Nuestros sueños pueden convertirse en realidad, si los deseamos tanto como para ir tras ellos.»
Dale vida a tus sueños. Y trae tus sueños a la vida.