Es de dentro del Tabernáculo de donde salen los siete ángeles. En el centro del Lugar Santo, dentro del Tabernáculo, estaba el Arca del Pacto, el arcón donde se conservaban las tablas de los diez mandamientos, la esencia de la Ley. Es decir: estos ángeles salen del lugar donde descansa la Ley de Dios, y vienen a mostrar que ninguna persona ni nación puede desafiar impunemente la Ley de Dios.
Están vestidos con túnicas de un blanco resplandeciente, y con el pecho ceñido con cintos de oro. Las túnicas de los ángeles representan tres cosas. (a) Son vestiduras sacerdotales. Las túnicas de lino fino blanco y los cintos bordados de oro son las vestiduras del sumo sacerdote. El sumo sacerdote se podría considerar el representante de Dios entre los hombres; y estos ángeles vienen como representantes vengadores de Dios. (b) Su atuendo es regio. El lino blanco y el cinto alto son las vestiduras de los príncipes y de los reyes; y estos ángeles están revestidos con la soberanía del Rey de reyes. (c) Sus vestiduras son celestiales. El joven en el sepulcro vacío de Cristo llevaba una túnica blanca larga (Marcos 16:5; Mateo 28:3); y los ángeles son los habitantes del Cielo, que vienen a la Tierra a ejecutar los decretos de Dios.
Es uno de los cuatro seres vivientes el que les entrega las copas de la ira de Dios. Cuando pensamos en los cuatro seres vivientes cuando aparecieron en la escena (4:7) vimos que el primero era parecido a un león, el segundo a un becerro, el tercero a un ser humano y el cuarto a un águila; y que bien puede ser que simbolicen lo más fuerte y bravo y sabio y veloz de la naturaleza. En ese caso, es apropiado que uno de ellos les entregue a los ángeles las copas de la ira. Estas han de traer desastres al mundo en la naturaleza; y el simbolismo bien puede ser que la naturaleza se está entregando a Dios para mantener Su propósito.
La Gloria inaccesible
Y el templo se llenó de humo con la gloria de Dios y con Su poder, y no podía entrar nadie en él hasta que se completaran las siete plagas de los siete ángeles.
La idea de la gloria de Dios simbolizada en humo es corriente en el Antiguo Testamento. En la visión de Isaías, todo el templo se llenó de humo (Isaías 6:4).
Además, la idea de que nadie podía acercarse mientras hubiera humo es también corriente en el Antiguo Testamento. Sucedió en el Tabernáculo y en el Templo. Se dice del Tabernáculo: «Entonces la nube cubrió el Tabernáculo de Reunión, y la gloria del Señor llenó el Tabernáculo. Moisés no podía entrar en el Tabernáculo de Reunión, porque la nube estaba sobre él, y la gloria del Señor lo llenaba» (Éxodo 40:34s). Y de la dedicación del Templo de Salomón se nos dice: « Al salir los sacerdotes del santuario, la nube llenó la casa del Señor. Y los sacerdotes no pudieron permanecer para ministrar a causa de la nube, porque la gloria del Señor había llenado la Casa del Señor» (1 Reyes 8:l0s).
Aquí hay un doble concepto: el de que los propósitos de Dios estarán a menudo velados para los hombres, porque nadie puede penetrar la mente de Dios; y el de que ninguna persona se puede aproximar a la santidad y la gloria de Dios. Pero R. H. Charles, ve aún más en este pasaje. No podía entrar nadie en el Templo hasta que se consumaran las siete plagas de los siete ángeles. Charles ve en eso una afirmación simbólica de que ningún acercamiento del hombre a Dios puede detener el juicio que viene.