El versículo 4 empieza el discurso de parte de sabiduría. Se repiten las palabras “llamar” y “voz” del versículo 1. La palabra “llamar” (qara’) tiene un sentido formal de entregar una citación, y así se apunta aquí. La audiencia de sabiduría es aquella citada por los profetas, todos los hombres, hijos del hombre, siendo una forma distinta para decir hombres. Además del sentido profético, el versículo 5 vuelve a la designación sapiencial para aquella audiencia, es decir los ingenuos “abiertos a cualquier influencia” (ver 1:4, 22) y los necios “indiferentes a la moralidad y orgullosos en su ignorancia”. Por lo tanto, la palabra disponed en el versículo 5 viene de la palabra griega en la Septuaginta, mientras la palabra en el texto hebreo es “entended”. Esto hace difícil la interpretación de la frase completa “entended el corazón”: ¿Corazón del oyente? o ¿corazón de la sabiduría? El texto, como se encuentra el texto traducido, ha perdido el sentido sinónimo con la palabra la sagacidad. El sentido hebreo puede recuperar el espíritu sinónimo del versículo, si el corazón se interpreta como la inteligencia o la comprensión (de la sabiduría).
El versículo 6 reitera la idea hebrea del shema, la declaración formal para orar que viene de la palabra para escuchar: Escuchad. El contenido del mensaje son cosas “nobles y rectas”. El versículo 7 repite el versículo 6 en una forma antitética en vez de sinónima. Se anteponen las palabras verdad (autenticidad) e impiedad (o maldad), siendo la impiedad o maldad abominable porque la distancia de sabiduría aparece como algo detestable. El versículo 8 sigue la forma antitética declarando todo dicho justo y ninguno con el mínimo aspecto engañador. La palabra todas en los versículos 8 y 9 subraya el hecho de la perfección. Nos recuerda el ejemplo moral de Natanael cuando Jesús le dijo: ¡He aquí un verdadero israelita, en quien no hay engaño!.
Los versículos 10 y 11 repiten la idea Deuteronomio 3:11 y 12 dando a la sabiduría más valor que la plata, el oro fino, las perlas (quizás corales) y “lo más deseable que la imaginación es capaz de crear”. La idea de superioridad se encuentra en la frase recibid… antes que… y la frase es mejor que.
Cómo ser sabio
1. Ejerciendo la discreción, la sensatez, y la diplomacia
2. Obrando en forma correcta: hablando la verdad, aborreciendo la impiedad, y siguiendo las sendas rectas
3. Sirviendo a los demás con amor: dando buenos consejos, ofreciendo instrucciones valiosas y comunicando la comprensión.
El sano juicio de la sabiduría
Esta sección es la continuación de la sección anterior. Específicamente, sigue el discurso de sabiduría que empezó en el versículo 4. El versículo 12 asume el tono de una declaración de fe como de una carta abierta dando la identidad de la persona. Yo, la sabiduría es semejante en alguna manera a la forma de las cartas paulinas: Pablo, siervo de Cristo Jesús; Pablo, apóstol. Y por ende las cartas neotestamentarias que reflejaban la forma epistolar del medio ambiente: Santiago, siervo de Dios; Pedro, apóstol de Jesucristo. En todos los casos busca identificarse en una manera que ayuda a que pueda apreciarse el diálogo que sigue.
El verbo shacan H7931 significa “habitar, o permanecer o avecinar”, es decir, “ser vecino a”. El verbo se encuentra en el tiempo perfecto, lo que representa un hecho o una relación acabada, estrechando así la relación en una forma permanente e inalterable entre el verbo y el sustantivo “sabiduría”. Entonces la traducción puede variar entre:
(1) “Yo, sabiduría, habito con sagacidad…” y
(2) “Yo, sabiduría soy el vecino de sagacidad y… el conocimiento…” En la segunda traducción están personificados los “vecinos” de sabiduría. De todos modos, se establece una estrecha relación entre sabiduría y las características, o personificaciones, de la prudencia (sentido común), el conocimiento y mezimmah H4209, que significa “la habilidad para proponer algo en forma discreta”. Sabiduría se encuentra con buena compañía, de hecho los mejores compañeros. Mejor andar con estos compañeros que con los ladronesasesinos; con los hombres perversos;; con las mujeres adúlteras prostitutas, con los endeudados (6:1 ss.) con los perezosos.