Comprometidos a Sembrar La Palabra de Dios

2 de Reyes 18: Judá hasta el exilio en Babilonia

2 de Reyes 18:1  6. Judá hasta el exilio en Babilonia (18.1–25.30) Reinado de Ezequías (2 Cr 29.1-2) En el tercer año de Oseas hijo de Ela, rey de Israel, comenzó a reinar Ezequías hijo de Acaz, rey de Judá.

Con Israel fuera de la escena, Reyes comienza ahora a narrar la decadencia y caída de Judá. Ezequías había sucedido a Acaz como decimotercer rey de Judá. Ascendió al poder alentando reformas espirituales en gran escala. Ezequías purgó a Judá de idolatría, así como restauró y reedificó el templo.

2 de Reyes 18:2  Cuando comenzó a reinar tenía veinticinco años, y reinó en Jerusalén veintinueve años. El nombre de su madre era Abi, hija de Zacarías.

2 de Reyes 18:3  Hizo lo recto ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que había hecho David, su padre.

2 de Reyes 18:4  Quitó los lugares altos, quebró las imágenes, rompió los símbolos de Asera[a] e hizo pedazos la serpiente de bronce que había hecho Moisés,[b] porque hasta entonces los hijos de Israel le quemaban incienso; y la llamó Nehustán.

La serpiente de bronce se había hecho para curar a los israelitas de la mordida de serpientes venenosas. Demostraba la presencia y el poder de Dios y era un recordatorio para el pueblo de su misericordia y su perdón. Pero se había convertido en un objeto de adoración en lugar de un recordatorio de a quién tenían que adorar, así que Ezequías se vio forzado a destruirla. Debemos tener cuidado de que las cosas que usamos para ayudarnos a adorar a Dios no se vuelvan objetos de adoración por sí mismos. La mayoría de los objetos no son creados para ser ídolos, se vuelven ídolos por la forma en la que la gente los usa.

2 de Reyes 18:5  En Jehová, Dios de Israel, puso su esperanza. Entre todos los reyes de Judá no hubo otro como él, antes ni después,[c]

«Ni después ni antes hubo otro como él entre todos los reyes de Judá». En un dramático contraste con su padre Acaz, Ezequías siguió a Dios más de cerca y con mayor sinceridad que cualquier otro rey de Judá o Israel. Esta frase se refiere a los reyes que sucedieron después de la división del reino y por lo tanto no incluye a David, considerado como el rey más devoto a Dios.

2 de Reyes 18:6  pues siguió a Jehová y no se apartó de él, sino que guardó los mandamientos que Jehová prescribió a Moisés.

2 de Reyes 18:7  Jehová estaba con él, y adondequiera que iba, prosperaba. Ezequías se rebeló contra el rey de Asiria y no lo sirvió.[d]

La nación de Judá fue oprimida por dos potencias mundiales, Egipto y Asiria. Ambas naciones querían controlar a Judá y a Israel porque estaban localizadas en el cruce de caminos vitales para todo el comercio del antiguo Cercano Oriente. La nación que controlara a Judá tendría ventajas económicas y militares sobre sus rivales. Cuando Ezequías llegó a ser rey, Asiria controlaba a Judá. Al actuar con gran valor, Ezequías se rebeló en contra del poderoso imperio al que su padre se había sometido. Puso su fe en la fuerza de Dios y no en la suya propia, y obedeció los mandamientos de Dios a pesar de los obstáculos y peligros que, desde un punto de vista puramente humano, parecían insuperables.

Ayúdanos a continuar sembrando La Palbara de Dios

WebDedicado ha sido autorizado a recaudar los fondos para continuar con La Gran Comisión


Deja el primer comentario

Otros artículos de Nuestro Blog

Que pueden ser de interés para ti de acuerdo a tus lecturas previas.