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2 de Crónicas 36: Los desdichados reinados de Joacaz, Joacim, Joaquín y Sedequías

2 de Crónicas 36:14  También todos los principales sacerdotes y el pueblo aumentaron la iniquidad, siguiendo todas las abominaciones de las naciones y contaminando la casa de Jehová, la cual él había santificado en Jerusalén.

2 de Crónicas 36:15  Jehová, el Dios de sus padres, les envió constantemente avisos por medio de sus mensajeros, porque él tenía misericordia de su pueblo y de su morada.[l]

2 de Crónicas 36:16  Pero ellos se mofaban de los mensajeros de Dios, y menospreciaban sus palabras, burlándose de sus profetas, hasta que subió la ira de Jehová contra su pueblo, y no hubo ya remedio.[m]

Dios advirtió a Judá acerca de su pecado y continuamente restauró al pueblo a su favor, sólo para que se volvieran a apartar de El. A la larga, la situación ya no tuvo remedio. Tenga cuidado de no albergar pecado en su corazón. Vendrá el día cuando el remedio ya no sea posible y el castigo de Dios sustituya su misericordia. El pecado que se repite, y del cual nunca se arrepiente, es una invitación al desastre.

Desterrados a Babilonia :  A pesar de los pocos reyes buenos de Judá y de las reformas portunas, el pueblo nunca cambió. Su maldad continuó y finalmente Dios utilizó al Imperio Babilónico, bajo el gobierno de Nabucodonosor, para que conquistara Judá, destruyera Jerusalén y tomara cautivo al pueblo en Babilonia.

2 de Crónicas 36:17  Cautividad de Judá (2 R 25.8-21; Jer 39.8-10; 52.12-30) Por lo cual trajo contra ellos al rey de los caldeos,[n] que mató a espada a sus jóvenes en la casa de su santuario, sin perdonar joven ni virgen, anciano ni decrépito; todos los entregó en sus manos.[ñ]

2 de Crónicas 36:18  Asimismo todos los utensilios de la casa de Dios, grandes y chicos, los tesoros de la casa de Jehová, y los tesoros de la casa del rey y de sus príncipes, todo lo llevó a Babilonia.

2 de Crónicas 36:19  Quemaron la casa de Dios[o] y derribaron el muro de Jerusalén, prendieron fuego a todos sus palacios y destruyeron todos sus objetos de valor.[p]

2 de Crónicas 36:20  A los que escaparon de la espada los llevó cautivos a Babilonia, donde fueron siervos de él y de sus hijos hasta que vino el reino de los persas;

2 de Crónicas 36:21  para que se cumpliera la palabra de Jehová, dada por boca de Jeremías, hasta que la tierra hubo gozado de reposo; porque todo el tiempo de su asolamiento reposó, hasta que los setenta años fueron cumplidos.[q]

Levíticos 26:27-45 predice de modo impresionante el cautiverio, y dice cómo el pueblo de Dios sería arrancado de su tierra por desobedecerlo. Una de las leyes que ignoraron establecía que, uno de cada siete años, la tierra debía permanecer inactiva y descansar de producir cosechas. Los setenta años de cautiverio permitieron que la tierra descansara, compensando así todos los años que los israelitas no observaron esta ley. Sabemos que Dios cumple todas sus promesas, no sólo sus promesas de bendición, sino también sus promesas de juicio.

2 de Crónicas 36:22  El decreto de Ciro (Esd 1.1-4) [r]En el primer año de Ciro, rey de los persas, para que se cumpliera la palabra de Jehová, dada por boca de Jeremías, Jehová despertó el espíritu de Ciro, rey de los persas, el cual hizo pregonar de palabra y también por escrito, por todo su reino, este decreto:

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