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2 de Crónicas 2: Pacto de Salomón con Hiram

2:1 Determinó, pues, Salomón edificar casa al nombre de Jehová, y casa para su reino.

David había querido construir un templo para Dios, pero Dios negó su petición porque David había sido un guerrero. Sin embargo, Dios permitió que hiciera los planes y los preparativos del templo. David compró el terreno para el templo, reunió la mayoría de los materiales de construcción, y recibió los planos de Dios. Era responsabilidad de Salomón hacer realidad estos planes. Facilitaron mucho su trabajo los preparativos exhaustivos de su padre. La obra de Dios puede ser adelantada cuando la generación anterior prepara el camino para la futura generación.

Materiales para el Templo : Salomón pidió al rey Hiram de Tiro que proporcionara los ateriales y trabajadores altamente capacitados para que ayudaran en la construcción del templo de Dios en Jerusalén. El plan era cortar los troncos de cedro en las montañas del Líbano, hacerlas flotar por mar hasta Jope, luego llevarlas por tierra a Jerusalén por la ruta más corta y más sencilla.

2 de Crónicas 2:2 Y designó Salomón setenta mil hombres que llevasen cargas, y ochenta mil hombres que cortasen en los montes, y tres mil seiscientos que los vigilasen.

2 de Crónicas 2:3 Y envió a decir Salomón a Hiram rey de Tiro: Haz conmigo como hiciste con David mi padre, enviándole cedros para que edificara para sí casa en que morase.

A pesar de que el rey Hiram era uno de los aliados amistosos tanto de David como de Salomón, era el gobernante de una nación que adoraba muchos dioses diferentes. Hiram estaba contento de enviar materiales para el templo, y tanto David como Salomón utilizaron esta ocasión para testificar acerca del único Dios verdadero.

2 de Crónicas 2:4 He aquí, yo tengo que edificar casa al nombre de Jehová mi Dios, para consagrársela, para quemar incienso aromático delante de él, y para la colocación continua de los panes de la proposición, y para holocaustos a mañana y tarde, en los días de reposo,[a] nuevas lunas, y festividades de Jehová nuestro Dios; lo cual ha de ser perpetuo en Israel.

2 de Crónicas 2:5 Y la casa que tengo que edificar, ha de ser grande; porque el Dios nuestro es grande sobre todos los dioses.

Deberíamos poner lo mejor de nosotros para construir lugares de adoración hermosos y útiles que sean de testimonio y para gloria de Dios. Al hacerlo, sin embargo, debemos recordar que no podemos confinar a Dios en un edificio o ambiente hermoso. El es mucho más grande que un edificio, de modo que debemos enfocar nuestra alabanza a Dios y no al lugar de adoración.

2 de Crónicas 2:6 Mas ¿quién será capaz de edificarle casa,(A) siendo que los cielos y los cielos de los cielos no pueden contenerlo? ¿Quién, pues, soy yo, para que le edifique casa, sino tan sólo para quemar incienso delante de él?

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