1Samuel 15:10 Vino luego esta palabra de Jehová a Samuel:[h]
1Samuel 15:11 «Me pesa haber hecho rey a Saúl, porque se ha apartado de mí y no ha cumplido mis palabras».[i] Se apesadumbró Samuel y clamó a Jehová toda aquella noche.
Me pesa : Esto no significa que Dios se haya sorprendido, y estuviera por lo tanto arrepentido, de haber permitido a Saúl convertirse en rey, sino que constituye una expresión de su profunda preocupación tanto por Saúl como por Israel.
Cuando Dios dijo que se lamentaba por haber hecho rey a Saúl, ¿estaba diciendo que había cometido un error? El comentario de Dios fue una expresión de tristeza, no el reconocimiento de un error. Un Dios omnisciente no puede cometer errores; por lo tanto, Dios no cambió de parecer. Sin embargo, sí cambió de actitud hacia Saúl cuando Saúl cambió. El corazón de Saúl ya no pertenecía más a Dios, sino a sus propios intereses.
1Samuel 15:12 Madrugó Samuel para ir al encuentro de Saúl por la mañana; y avisaron a Samuel: «Saúl llega a Carmel y se ha erigido un monumento; después se dio vuelta y siguió adelante para bajar a Gilgal».[j]
Carmel está en las montañas de Judea, alrededor de 14 km al sudeste de Hebrón. El sitio no debe ser confundido con el monte Carmelo. Se levantó un monumento : Pretendiendo ofrendar a Dios estaba ofrendándose a sí mismo. Samuel había pronunciado el mensaje de coronación de Saúl aquí en Gilgal. Ahora se disponía a anunciar el rechazo de Saúl por Dios.
Saúl construyó un monumento a sí mismo. Qué contraste con Moisés y Josué, quienes le dieron el reconocimiento a Dios.
1Samuel 15:13 Vino, pues, Samuel a Saúl, y Saúl le dijo: –Bendito seas tú de Jehová; yo he cumplido la palabra de Jehová.
Saúl pensó que había ganado una gran victoria sobre los amalecitas, pero Dios lo vio todo como un gran fracaso. Saúl lo había desobedecido y luego había mentido a Samuel acerca de los resultados de la batalla. Quizás Saúl pensó que su mentira no sería detectada, o que lo que había hecho no era malo. Saúl se engañaba a sí mismo.
La gente que no es veraz llega a creer las mentiras que lanza a su derredor. Después deja de ver la diferencia entre lo que es verdad y lo que es mentira. Al creer sus propias mentiras, se engaña a sí misma, se aísla de Dios y pierde credibilidad frente a los demás. A la larga, la verdad triunfa.
1Samuel 15:14 –¿Pues qué balido de ovejas y bramido de vacas es este que yo oigo con mis oídos? –preguntó entonces Samuel.
Estos versículos revelan una trágica debilidad de carácter en Saúl, quien primero afirma haber obedecido, luego culpa al pueblo, y de nuevo intenta justificarse a sí mismo y culpar al pueblo, señal de que se trata de un líder decadente y completamente desmoralizado.
1Samuel 15:15 –De Amalec las han traído; porque el pueblo perdonó lo mejor de las ovejas y de las vacas, para sacrificarlas a Jehová tu Dios, pero lo demás lo destruimos –respondió Saúl.
1Samuel 15:16 Entonces dijo Samuel a Saúl: –Déjame que te anuncie lo que Jehová me ha dicho esta noche. –Habla –le respondió él.