Salmo 66:1 Para el director del coro. Cántico. Salmo. Aclamad con júbilo a Dios, toda la tierra;
En los versículos 1-12 se oye el clamor de alegría de la congregación, mientras en los versículos 13-20 se alaba por medio del testimonio personal. El escritor recordaba la famosa historia cuando Dios rescató a los israelitas dividiendo en dos el Mar Rojo. Dios salvó a los israelitas entonces y sigue salvando a su pueblo en la actualidad.
Salmo 66:2 cantad la gloria de su nombre; haced gloriosa su alabanza.
Salmo 66:3 Decid a Dios: ¡Cuán portentosas son tus obras! Por la grandeza de tu poder, tus enemigos fingirán obedecerte.
Salmo 66:4 Toda la tierra te adorará, y cantará alabanzas a ti, cantará alabanzas a tu nombre. (Selah)
Salmo 66:5 Venid y ved las obras de Dios, admirable en sus hechos a favor de los hijos de los hombres.
Salmo 66:6 Convirtió el mar en tierra seca; cruzaron el río a pie; regocijémonos allí en El.
Salmo 66:7 El domina con su poder para siempre; sus ojos velan sobre las naciones; no se enaltezcan los rebeldes. (Selah)
Salmo 66:8 Bendecid, oh pueblos, a nuestro Dios, y haced oír la voz de su alabanza.
Salmo 66:9 El es quien nos guarda con vida, y no permite que nuestros pies resbalen.
Salmo 66:10 Porque tú nos has probado, oh Dios; nos has refinado como se refina la plata.
Probaste : Esta idea se refleja en 1 de Pedro 1:7, donde el sufrimiento se ve como algo que tiene valor en el proceso de maduración y disciplina del creyente.
Salmo 66:11 Nos metiste en la red; carga pesada pusiste sobre nuestros lomos.
Salmo 66:12 Hiciste cabalgar hombres sobre nuestras cabezas; pasamos por el fuego y por el agua, pero tú nos sacaste a un lugar de abundancia.
De la misma manera en que el fuego refina la plata en el proceso de fundición, las pruebas refinan nuestro carácter. Nos proporcionan una sabiduría nueva y mucho más profunda para nuestra vida, ayudándonos a discernir la verdad de la falsedad y nos capacita con la disciplina necesaria para llevar a cabo lo que sabemos que es bueno. Sobre todo, estas pruebas nos ayudan a darnos cuenta de que la vida es un regalo de Dios que debe apreciarse, no un derecho que debe darse por concedido.
Salmo 66:13 Entraré en tu casa con holocaustos; a ti cumpliré mis votos,
Salmo 66:14 los que pronunciaron mis labios y habló mi boca cuando yo estaba en angustia.