(i) El Que fue manifestado en la carne. Desde el mismo principio subraya la humanidad verdadera de Jesús. Dice: « Mirad a Jesús, y veréis la mente y el corazón y la acción de Dios de una manera que todos podemos entender.»
(ii) El Que fue vindicado por el Espíritu. Éste es un verso difícil. Hay tres cosas que puede querer decir.
(a) Puede querer decir que a lo largo de toda su vida en la Tierra Jesús fue guardado del pecado por el poder del Espíritu Santo. Es el Espíritu el Que da dirección al ser humano; nuestro error consiste en que tan a menudo rehusemos Su dirección. Fue la perfecta sumisión de Jesús al Espíritu de Dios lo que le guardó del pecado.
(b) Puede querer decir que las credenciales de Jesús fueron vindicadas por la acción del Espíritu que moraba en Él. Cuando los escribas y los fariseos acusaron a Jesús de realizar curas por el poder del diablo, Su respuesta fue: « Si Yo echo a los demonios por el Espíritu de Dios, entonces es que el Reino de Dios ha venido a vosotros» (Mateo 12:28). El poder que estaba en Jesús era el poder del Espíritu, y las obras de poder que Él realizaba eran la vindicación de las tremendas credenciales que Él presentaba.
(c) Puede ser que esto haga referencia a la Resurrección. La humanidad tomó a Jesús y Le crucificó como a un criminal; pero por el poder del Espíritu resucitó; el veredicto de la humanidad se demostró que era falso, y Él fue vindicado. No importa cómo interpretemos este verso; su sentido es que el Espíritu es el poder que probó que Jesús es el Que declaró ser.
(iii) El Que fue visto por ángeles. De nuevo tenemos aquí tres posibles significados.
(a) Puede que haga referencia a la vida de Jesús antes de venir a la Tierra.
(b) Puede que haga referencia a Su vida en la Tierra. Aun en la Tierra los ejércitos celestiales estaban contemplando Su tremenda contienda con el mal. (c) Puede conectarse con la creencia de todos los hombres en el tiempo de Jesús de que el aire estaba lleno de poderes demoníacos y angélicos. Muchos de estos poderes eran hostiles a Dios y a la humanidad, y estaban empeñados en destruir a Jesús. Pablo expone por lo menos una vez que esos poderes trataron de destruir a Jesús por ignorancia, y que Jesús les trajo a ellos y a los hombres la sabiduría que había estado escondida desde la creación del mundo (1 Corintios 2: 7s). Esta frase puede que quiera decir que Jesús trajo la verdad aun a los ángeles y a los poderes demoníacos que nunca la habían conocido. De cualquier manera que lo tomemos quiere decir que la obra de Jesús es tan tremenda que incluye tanto el Cielo como la Tierra.
(iv) El Que ha sido predicado entre las naciones. Aquí tenemos la gran verdad de que Jesús no fue la posesión exclusiva de ninguna raza. No fue un Mesías que viniera para elevar a los judíos a una posición de grandeza universal, sino el Salvador de todo el ancho mundo.
(v) En Quien las personas han creído en todo el mundo. Aquí tenemos una verdad casi milagrosa presentada con una sencillez extrema. Inmediatamente después de tener lugar la muerte y resurrección y ascensión de Jesús a Su gloria, el número de Sus seguidores no pasaba de ciento veinte (Hechos 1:15). Todo lo que Sus seguidores podían ofrecer era la historia de un Carpintero galileo que había sido crucificado en la cima de una colina de Palestina como un criminal. Y sin embargo, antes de que pasaran setenta años, esa historia ya había llegado al fin de la Tierra y hombres de todas las naciones habían aceptado a este Jesús crucificado como Salvador y Señor. En esta sencilla frase se encierra toda la maravilla de la expansión de la Iglesia, una expansión increíble sobre cualquier base humana.
(vi) El Que fue elevado a la gloria. Ésta es una referencia a la Ascensión. La historia de Jesús empieza y acaba en el Cielo. Vivió como un siervo. Fue marcado como un criminal; fue crucificado; resucitó con las cicatrices de Sus clavos y otras en Su cuerpo; pero el final fue la gloria.