1 de Samuel 7:2 Samuel, juez de Israel[c] Desde el día en que llegó el Arca a Quiriat-jearim pasaron muchos días, veinte años; y toda la casa de Israel suspiraba por Jehová.[d]
Lamentaba : Indica que un deseo por acercarse a Dios crecía en el corazón de Israel.
Israel lloró y se afligió durante veinte años. El arca fue guardada como se pone una caja sin valor en un ático, y parecía como si el Señor hubiera abandonado a su pueblo. Samuel, ahora adulto, los estimuló para que actuaran diciéndoles que si realmente estaban avergonzados, debían hacer algo al respecto. Cuán fácil es para nosotros quejarnos por nuestros problemas, hasta con Dios, mientras que nos negamos a actuar, a cambiar, y a hacer lo que debemos hacer. Ni siquiera seguimos el consejo que Dios nos ha dado. ¿Ha sentido alguna vez como si Dios lo hubiera abandonado? Revise para ver si hay algo que El ya le haya dicho que haga. Quizá no reciba nuevas instrucciones hasta que haya actuado conforme a sus instrucciones previas.
1 de Samuel 7:3 Habló entonces Samuel a toda la casa de Israel, diciendo: «Si de todo vuestro corazón os volvéis a Jehová, quitad de entre vosotros los dioses ajenos y a Astarot,[e] dedicad vuestro corazón a Jehová y servidle solo a él, y él os librará de manos de los filisteos».
Samuel espera 20 años antes de comenzar su ministerio público. Aunque cumple sin dudar sus deberes regulares como sacerdote, espera pacientemente el momento preciso en que Dios decide llamar a Israel al arrepentimiento.
Samuel urgió a los israelitas para que se deshicieran de sus dioses extraños. Hoy día, los ídolos son mucho más sutiles que los dioses de madera y de piedra, pero son igualmente peligrosos. Cualquier cosa que tenga el primer lugar en nuestra vida o que nos controle se convierte en nuestro dios. Dinero, éxito, bienes materiales, orgullo o cualquiera otra cosa puede ser un ídolo si toma el lugar de Dios en nuestras vidas. Sólo Dios merece nuestro culto y adoración, y no debemos permitir que tenga rivales. Si tenemos «dioses extraños» en nuestra vida, necesitamos pedir a Dios que nos ayude a destronarlos, haciendo del verdadero Dios nuestra primera prioridad.
1 de Samuel 7:4 Entonces los hijos de Israel quitaron a los baales[f] y a Astarot, y sirvieron solo a Jehová.[g]
A los baales y a Astarot : Dioses de la religión cananea. Baal era el dios de la fertilidad, y Astarot la diosa del amor y la guerra.
Se creía que Baal era el hijo de El, deidad principal de los cananeos. Baal era considerado dios del trueno y de la lluvia, por lo tanto controlaba la vegetación y la agricultura. Astarot era una diosa de amor y guerra (en Babilonia recibía el nombre de Istar y Astarte o Afrodita en Grecia). Representaba la fertilidad. Los cananeos creían que mediante la unión sexual de Baal y Astarot, la tierra mágicamente se rejuvenecería y se haría fértil.
1 de Samuel 7:5 Luego dijo Samuel: «Reunid a todo Israel en Mizpa, y yo oraré por vosotros a Jehová».[h]
Mizpa se hallaba sobre el camino principal que recorría Palestina de norte a sur a través de las colinas, 8 km al norte de Jerusalén. El nombre Mizpa significa «vigía».
Mizpa tenía un significado especial para la nación israelita. Fue en Mizpa donde se reunieron los israelitas para movilizarse contra la tribu de Benjamín. Fue allí donde Samuel fue designado para ser juez, y Saúl, el primer rey de Israel, fue identificado y presentado al pueblo
1 de Samuel 7:6 Se reunieron, pues, en Mizpa,[i] sacaron agua y la derramaron delante de Jehová; ayunaron aquel día allí, y dijeron: «Contra Jehová hemos pecado». Y juzgó Samuel a los hijos de Israel[j] en Mizpa.
Y sacaron agua , y la derramaron : Un símbolo de desesperación y arrepentimiento. Y juzgó Samuel : Samuel llamó y convocó al pueblo al arrepentimiento, la confesión y la contrición ante el Señor.