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1 de Samuel 20: Amistad de David y Jonatán

Versículo clave :
“Angustia tengo por ti, hermano mío Jonatán, que me fuiste muy dulce. Más maravilloso me fue tu amor que el amor de las mujeres” (2Sa_1:26).
Su historia se relata en 1 Samuel 13-31. También se le menciona en 2 Samuel 9.

1 de Samuel 20:16  Así hizo Jonatán un pacto con la casa de David, diciendo: «Demándelo Jehová de manos de los enemigos de David».

1 de Samuel 20:17  Y Jonatán hizo jurar a David otra vez, porque lo amaba, lo amaba como a sí mismo.

1 de Samuel 20:18  Luego le dijo Jonatán:  –Mañana es nueva luna y tú serás echado de menos, porque tu asiento estará vacío.

1 de Samuel 20:19  Estarás, pues, tres días, y luego descenderás y vendrás al lugar donde estabas escondido el día que ocurrió esto mismo, y esperarás junto a la piedra de Ezel.[d]

El día que ocurrió esto mismo : Alude a la conversación que sostuvieron Saúl y Jonatán sobre David

1 de Samuel 20:20  Yo tiraré tres flechas hacia aquel lado, como ejercitándome al blanco.

1 de Samuel 20:21  Luego enviaré al criado, diciéndole: “Ve, busca las flechas”. Si digo al criado: “Ahí están las flechas, más acá de ti, tómalas”, tú vendrás, porque todo va bien para ti y nada malo sucede, ¡vive Jehová!

1 de Samuel 20:22  Pero si yo digo al muchacho: “Allí están las flechas, más allá de ti”, vete, porque Jehová quiere que te vayas.

1 de Samuel 20:23  En cuanto al asunto de que tú y yo hemos hablado, esté Jehová entre nosotros dos para siempre.

1 de Samuel 20:24  Se escondió, pues, David en el campo, y cuando llegó la nueva luna, se sentó el rey a la mesa, para comer.

1 de Samuel 20:25  El rey se sentó en su silla, como solía, en el asiento junto a la pared. Jonatán se levantó, se sentó Abner al lado de Saúl, y el lugar de David quedó vacío.

1 de Samuel 20:26  Pero aquel día Saúl no dijo nada, porque pensaba: «Le habrá acontecido algo y no está limpio; de seguro no está purificado».

Ya que el Festival de la Nueva Luna requería que se hiciera un sacrificio a Dios, los que asistían a la fiesta tenían que estar ceremonialmente puros de acuerdo con la ley de Dios. Esta limpieza consistía en lavarse el cuerpo y las ropas antes de acercarse a Dios para ofrecer sacrificios. La limpieza externa era un símbolo del deseo interno de un corazón purificado y una correcta relación con Dios. Hoy nuestros corazones se purifican por la fe en Dios a través de la muerte de Jesucristo a nuestro favor y por leer y obedecer la Palabra de Dios.

No está limpio : Esto es, ceremonialmente impuro según la ley levítica.

1 de Samuel 20:27  Al siguiente día, el segundo día de la nueva luna, aconteció que el asiento de David se quedó también vacío. Y Saúl dijo a su hijo Jonatán:  –¿Por qué no ha venido a comer hoy ni ayer el hijo de Isaí?

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