1 de Reyes 6:1 Salomón edifica el Templo En el año cuatrocientos ochenta después que los hijos de Israel salieron de Egipto,[b] el cuarto año del reinado de Salomón sobre Israel, en el mes de Zif,[c] que es el mes segundo, comenzó él a edificar la casa de Jehová.
Es interesante notar que el templo se construyera alrededor de 400 años después del tabernáculo, y se mantuviera incólume aproximadamente 400 años antes de su destrucción en el 586 a.C. La construcción del templo demoró sólo siete años y estuvo a cargo de 30.000 israelitas y 150.000 cananeos.
Aunque el significado de este versículo está en discusión, todavía provee un marco cronológico que nos da una perspectiva general para determinar la secuencia de los acontecimientos bíblicos. La fecha exacta a que alude este versículo no puede ser determinada porque prevalece cierta incertidumbre sobre el momento en que comenzó el reinado de Salomón. El cuarto año del principio del reino de Salomón : Muchos consideran que es el 960 a.C. En ese caso, el éxodo de Egipto pudo haber tenido lugar aproximadamente en el 1440 a.C.
1 de Reyes 6:2 La casa que el rey Salomón edificó a Jehová tenía sesenta codos de largo, veinte de ancho y treinta codos de alto.
Un codo equivalía aproximadamente a 50 cm, por lo que el templo tenía 30 m de largo, 10 m de ancho y 15 m de alto. Estas dimensiones duplicaban exactamente las del tabernáculo de Moisés.
1 de Reyes 6:3 El pórtico delante del Templo tenía veinte codos de largo a lo ancho de la Casa, y el ancho delante de la Casa era de diez codos.
El pórtico era como un amplio portal.
1 de Reyes 6:4 Hizo a la Casa ventanas anchas por dentro y estrechas por fuera.
Estas ventanas se conocen como triforios (ventanas utilizadas en la construcción de templos). Eran ventanas ubicadas en la parte superior de las paredes para permitir la iluminación del centro del templo.
1 de Reyes 6:5 Edificó también aposentos junto al muro de la Casa y a su alrededor, adosados a las paredes de la Casa alrededor del Templo y del Lugar santísimo, y construyó habitaciones laterales alrededor.
1 de Reyes 6:6 El aposento de abajo tenía cinco codos de ancho, el de en medio, seis codos de ancho, y el tercero siete codos de ancho, pues había reducido por fuera las medidas del Templo, para no empotrar las vigas en las paredes de la Casa.
1 de Reyes 6:7 Cuando se edificó la Casa, la construyeron con piedras que traían ya talladas, de tal manera que no se oyeron en la Casa ni martillos ni hachas, ni ningún otro instrumento de hierro, cuando la edificaban.
En honor a Dios, el templo de Jerusalén fue construido sin el sonido de martillo o de ninguna otra herramienta en el sitio de la construcción. Esto significaba que las piedras debían ser labradas (se las cortaba y daba forma) en la cantera, a muchos kilómetros de distancia. El honor y el respeto del pueblo hacia Dios se extendió a cada aspecto de la construcción de esta casa de adoración. Este detalle se registra no para enseñarnos a construir un templo, sino para hacer evidente la importancia de mostrar cuidado, preocupación, honor y respeto por Dios y su santuario.
1 de Reyes 6:8 La puerta del aposento intermedio[d] estaba al lado derecho de la Casa. Se subía por una escalera de caracol al aposento intermedio, y de allí al tercero.
1 de Reyes 6:9 Construyó, pues, la Casa, la terminó y la recubrió con artesonados de cedro.
1 de Reyes 6:10 Edificó asimismo una galería de cinco codos de altura alrededor de toda la Casa, la cual se apoyaba en la Casa con maderas de cedro.
1 de Reyes 6:11 Entonces dijo Jehová a Salomón:
1 de Reyes 6:12 «En cuanto a esta casa que edificas, si caminas en mis preceptos, cumples mis decretos y guardas todos mis mandamientos andando en ellos, yo cumpliré contigo mi palabra, la que dije a David, tu padre:
1 de Reyes 6:13 Habitaré en medio de los hijos de Israel y no abandonaré a mi pueblo Israel».[e]
Aquí el Señor explica las razones para edificar el templo: Dios quería morar en medio de su pueblo.
Este versículo resume el propósito principal del templo. Dios prometió que su eterna presencia nunca dejaría el templo mientras se cumpliera una condición: los israelitas tenían que seguir las leyes de Dios. Al saber cuántas leyes tenían que seguir, podemos pensar que esta condición era muy difícil. Pero la situación de los israelitas era muy parecida a la de nosotros en la actualidad. No eran separados de Dios por no poder cumplir con algún punto pequeño de una ley. El perdón era suministrado ampliamente para todos sus pecados, sin importar cuán grandes o pequeños fueran. Cuando lea la historia de los reyes, verá que el quebrantar la ley era el resultado, no la causa, de la separación de Dios. Los reyes abandonaron a Dios en sus corazones primero y luego fracasaron en guardar sus leyes. Cuando cerramos nuestros corazones a Dios, su poder y su presencia pronto nos dejan.
1 de Reyes 6:14 Así, pues, Salomón construyó la Casa y la terminó.
El concepto del templo de Salomón era más como un palacio para Dios, que un lugar de adoración. Al ser una morada para Dios, era apropiado que fuese adornado y hermoso. Las dimensiones interiores eran pequeñas porque la mayoría de los adoradores se reunían en la parte exterior.
1 de Reyes 6:15 Recubrió las paredes de la Casa con tablas de cedro, revistiéndola de madera por dentro, desde el suelo de la Casa hasta las vigas de la techumbre. Recubrió también el pavimento con madera de ciprés.
1 de Reyes 6:16 Asimismo hizo al final de la Casa un edificio de veinte codos, y lo recubrió de tablas de cedro desde el suelo hasta lo más alto; así hizo en la Casa un aposento para que fuera el Lugar santísimo.[f]
1 de Reyes 6:17 La Casa, esto es, el Templo de enfrente,[g] tenía cuarenta codos.
1 de Reyes 6:18 La Casa estaba recubierta de cedro por dentro y tenía entalladuras de calabazas silvestres y de botones de flores. Todo era cedro; ninguna piedra se veía.
1 de Reyes 6:19 Salomón preparó el Lugar santísimo por dentro en medio de la Casa, para poner allí el Arca del pacto de Jehová.[h]
1 de Reyes 6:20 El Lugar santísimo estaba en la parte de adentro, y tenía veinte codos de largo, veinte de ancho, y veinte de alto. Lo recubrió de oro purísimo. Asimismo recubrió de oro el altar de cedro.
1 de Reyes 6:21 De manera que Salomón recubrió de oro puro la Casa por dentro, cerró la entrada del santuario con cadenas de oro y lo recubrió de oro.
1 de Reyes 6:22 Recubrió, pues, de oro toda la Casa de arriba abajo, y asimismo recubrió de oro todo el altar que estaba frente al Lugar santísimo.[i]
1 de Reyes 6:23 Hizo también en el Lugar santísimo dos querubines[j] de madera de olivo, cada uno de diez codos de altura.
1 de Reyes 6:24 Un ala del querubín tenía cinco codos y la otra ala del querubín otros cinco codos; así que había diez codos desde la punta de un ala hasta la punta de la otra.
1 de Reyes 6:25 Asimismo el otro querubín tenía diez codos, pues ambos querubines tenían el mismo tamaño y la misma forma.
1 de Reyes 6:26 La altura de uno era de diez codos, y lo mismo la del otro.
1 de Reyes 6:27 Puso estos querubines dentro de la Casa en el Lugar santísimo, los cuales tenían sus alas extendidas, de modo que el ala de uno tocaba una pared, y el ala del otro tocaba la otra pared, mientras las otras dos alas se tocaban la una a la otra en medio de la Casa.
1 de Reyes 6:28 Luego recubrió de oro los querubines,[k]
1 de Reyes 6:29 y esculpió todas las paredes alrededor de la Casa con diversas figuras de querubines, de palmeras y de botones de flores, por dentro y por fuera.
1 de Reyes 6:30 También recubrió de oro el piso de la Casa, por dentro y por fuera.
1 de Reyes 6:31 A la entrada del santuario hizo puertas de madera de olivo. El umbral y los postes tenían cinco esquinas.
1 de Reyes 6:32 Las dos puertas eran de madera de olivo. En ellas talló figuras de querubines, de palmeras y de botones de flores, y las recubrió de oro. Recubrió también de oro los querubines y las palmeras.
1 de Reyes 6:33 Igualmente hizo para la puerta del Templo marcos cuadrados de madera de olivo.
1 de Reyes 6:34 Las dos puertas eran de madera de ciprés, y las dos hojas de ambas puertas giraban.
1 de Reyes 6:35 Talló en ellas querubines, palmeras y botones de flores, y las recubrió de oro ajustado a las talladuras.
1 de Reyes 6:36 Edificó el atrio interior[l] de tres hileras de piedras labradas, y de una hilera de vigas de cedro.[m]
1 de Reyes 6:37 En el cuarto año, en el mes de Zif, se echaron los cimientos de la casa de Jehová.
1 de Reyes 6:38 Y en el undécimo año, en el mes de Bul,[n] que es el mes octavo, fue acabada la Casa con todas sus dependencias y todo lo necesario. La edificó, pues, en siete años.
La descripción del templo, en los capítulos 6 y 7, es tomada evidentemente de documentos contemporáneos de los hechos. Es probable que en esta sección haya muy pocos elementos agregados posteriormente. El marco cronológico en 6:1, no obstante, puede ser uno de esos elementos, pues los 480 años representan un arreglo literario típico. Estas cifra vendría siendo un símbolo de doce generaciones, cada una de 40 años. Es muy probable que el período entre el éxodo y la construcción del templo no haya sido más de 325 años.
Conviene saber que el pueblo de Israel no tenía mucho conocimiento de lo que era un templo. Los más viejos quizá recordaban algo del antiguo tabernáculo, aunque el templo era mucho más grande (38 m. de largo por 11 m. de ancho).
Tampoco podemos comparar el gran templo de Salomón con nuestras modernas casas de culto. En éstas tenemos salas y departamentos para enseñar la Biblia, y en donde los asistentes pueden sentarse cómodamente. En el templo de Salomón la gente adoraba de pie en sus atrios. No olvidemos que este templo, como ya vimos en el cap. 5, fue construido según las costumbres orientales y por cananeos paganos. De modo que tenemos un templo dedicado al Dios verdadero y edificado por extranjeros y paganos.
Para tener una idea del lugar en donde fue construido el templo, recordemos que la ciudad de Jerusalén estaba sobre una colina bastante alta: 700 m. sobre el nivel del mar. Y hacia el nordeste, en las afueras de la ciudad, sobresalía el gran templo protegido por murallas muy gruesas y altas. Recordemos que fue construido sobre una roca, un cerro conocido como el monte Moriah, en donde muchos años antes Abraham había ofrecido a su hijo Isaac. De modo que la “casa de Dios” se alzaba hacia el cielo como un testimonio visible de que Israel era el pueblo de la promesa.
Era necesario que el templo incluyera todos los edificios sagrados, santificado por la especial presencia de Dios, y dedicado a su culto. El templo se dividía en tres partes principales: 1. El atrio o el lugar de entrada, rodeado de pórticos y sostenido por columnas adornadas. 2. Los lugares santo y santísimo, estaban divididos por una gruesa y pesada cortina. El lugar santísimo, no tenía ventanas ni entraba luz, estaba siempre iluminado por la shekinah, la presencia de Dios. 3. Otro edificio estaba pegado a los lados del atrio. Este edificio, de tres pisos, estaba dividido en 30 cuartos pequeños. Allí estaban, entre otras cosas, las habitaciones de los sacerdotes y los depósitos para las cosas del culto. Entonces templo en la Biblia no significa el lugar central de adoración, sino todo el conjunto de edificios con los patios externos e internos que lo rodeaban.
Dentro del lugar santísimo se colocaron, en su debido orden, el arca del pacto, los querubines, el altar, el lavatorio y otras cosas que enseñaban lecciones espirituales. Por ejemplo: ¿Cómo podría un pecador entrar en la presencia de Dios y tener el perdón de sus pecados?
Recordemos que la casa no era muy grande, pero sí muy lujosa. Para darnos una idea ligera, basta decir que las paredes fueron revestidas con la mejor madera del Líbano (haya, cedro y ciprés) en su parte interior. Además, la misma madera fue recubierta de oro, de modo que la madera no se veía. Además, todo fue adornado con figuras de flores, querubines y palmeras. Sin duda que antes de Cristo éste fue el templo más lujoso y hermoso que tuvieron los judíos.
Es interesante lo que dice un comentarista: “Todo este lujo y magnificencia en la construcción del templo, ¿no parece indicarnos que la sencillez del tabernáculo se perdió? ¿No sería todo esto una señal de cierta debilidad espiritual en el pueblo de Dios?” Brueggemann es aun más enfático en su apreciación negativa del templo de los hebreos. “Ahora es muy claro que el templo representa una arquitectura extranjera en Israel, reflejando así una teología extranjera, una noción extraña de la presencia de Dios”. Nos preocupamos hoy más del “adorno exterior y del ruido” que de lo interior y espiritual. Sin embargo, por sobre todo esto, sobresale la paciencia y el amor de Dios para con su pueblo.
Algo muy notable y hasta curioso es que en esta construcción no se oye el ruido de ninguna herramienta. Todos los materiales son preparados y reunidos de antemano. Luego serían llevados en rodillos y colocados en el mismo lugar de la construcción. Recientemente fue descubierto, cerca de Jerusalén, un lugar subterráneo, donde se cree que fueron preparadas la madera y las piedras para la construcción. Este fue, precisamente, el trabajo especializado de los hombres de Biblos o Gebal, quienes eran muy hábiles trabajadores de la piedra (canteros). Fueron estas piedras ya labradas las que se usaron para los cimientos del gran templo.
Los versículos 11-13 son unas palabras parentéticas, ya que se deja momentáneamente la descripción del templo. Aquí Salomón recibe una palabra de aliento, pero también de alerta. Era la misma promesa hecha a su padre. Había que tener mucho cuidado de que Salomón no se llenara de orgullo y vanagloria. Aunque la construcción del templo era una señal real de la presencia y protección de Dios sobre su pueblo, Israel y su rey debían permanecer fieles a su Dios por sobre todo lo demás. Walsh enfatiza que la construcción gramatical del versículo 12: Respecto a este templo que tú edificas… indica que la prioridad de Dios no es un edificio sino la obediencia. Esto es así gramaticalmente, porque hay una ruptura de sentido entre la frase introductoria (citada arriba) y las palabras siguientes que recalcan la urgencia de la obediencia. Esta reviste tanta importancia como para afirmar que de la obediencia de Salomón depende la presencia continua de Dios con su pueblo. La desobediencia acarrearía el abandono de Dios de su pueblo.
Como ya se dijo, los versículos 11-13 vienen siendo una especie de interrupción en la descripción del templo. Tomando en cuenta esta interrupción, es evidente que el resto de la descripción toma un rumbo bastante lógico. Se desarrolla de la siguiente manera: 6:2-8, trabajo realizado en piedra; 6:9, 10 y 15-36, trabajo en madera;
Sigue ahora un breve resumen del tiempo en que toda la casa fue terminada en todos sus detalles. De acuerdo con el plan original, hubo completa obediencia y fidelidad a Dios, aun en las cosas más pequeñas. Posiblemente los siete años de construcción parecen cortos, si se toma en cuenta lo grande, difícil y costoso de la obra. La alusión a Ziv (abrilmayo) y Bul (octubrenoviembre) confirma la antigüedad de las fuentes del deuteronomista; estos son nombres dados por los cananeos a los meses en cuestión