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1 de Reyes 16: Llegó palabra de Jehová a Jehú

1 de Reyes 16:1 Llegó palabra de Jehová a Jehú hijo de Hanani[a] contra Baasa diciendo:

Estos versículos contienen la profecía de Jehú . . . contra Baasa , y aunque no sabemos cómo se cumplió esta.

Dios destruyó a los descendientes de Jeroboam por sus grandes pecados y aun así Baasa repitió los mismos errores. No aprendió del ejemplo de aquellos que estuvieron antes que él. No se detuvo a pensar que su pecado sería castigado. Asegúrese de que aprenda de su pasado, de las experiencias de otros y de las vidas de aquellos cuyas historias se relatan en la Biblia. No repita errores.

1 de Reyes 16:2 «Yo te levanté del polvo y te puse como príncipe de mi pueblo Israel. Pero tú has andado en el camino de Jeroboam y has hecho pecar a mi pueblo Israel, provocándome a ira con tus pecados.

ira, chaas: Exasperar, apenar, molestar, provocar, enojar. Esta palabra representa el tipo de ira que proviene de una irritación continua y no la ira repentina que surge sin razón aparente. Por lo tanto chaas se acerca más al verbo «exasperar» que al sustantivo «ira». El verbo chaas generalmente se traduce como «provocar a ira».

1 de Reyes 16:3 Por eso yo barreré la posteridad de Baasa y de su casa, y voy a hacer con su casa como con la casa de Jeroboam hijo de Nabat.

1 de Reyes 16:4 Al que de Baasa muera en la ciudad se lo comerán los perros; y al que muera en el campo se lo comerán las aves del cielo».[b]

1 de Reyes 16:5 Los demás hechos de Baasa, las cosas que hizo, y su poderío, ¿no está todo escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Israel?[c]

1 de Reyes 16:6 Durmió Baasa con sus padres y fue sepultado en Tirsa;[d] y reinó en su lugar su hijo Ela.

1 de Reyes 16:7 La palabra de Jehová por boca del profeta Jehú hijo de Hanani fue contra Baasa y también contra su casa, con motivo de todo lo malo que hizo ante los ojos de Jehová, por provocarlo a ira con las obras de sus manos, que llegaron a ser como las de la casa de Jeroboam, y por haberla exterminado.

Reinados de Ela y de Zimri

1 de Reyes 16:8 En el año veintiséis de Asa, rey de Judá, comenzó a reinar Ela hijo de Baasa sobre Israel en Tirsa, y reinó dos años.

El cuarto rey de Israel fue Ela hijo de Baasa . Gobernó como un malvado casi dos años, y un día, cuando estaba borracho, fue asesinado por Zimri , quien dispuso de todos los sobrevivientes de la casa de Baasa. Ello representó el cumplimiento de la profecía de Jehú y puso fin a la dinastía de Baasa.

1 de Reyes 16:9 Pero conspiró contra él su siervo Zimri, comandante de la mitad de los carros. Estaba Ela en Tirsa, embriagado y bebiendo en casa de Arsa, su mayordomo en Tirsa,

1 de Reyes 16:10 cuando llegó Zimri y lo hirió de muerte; y reinó en lugar suyo. Era el año veintisiete de Asa, rey de Judá.

1 de Reyes 16:11 Tan pronto estuvo sentado en el trono y comenzó a reinar, mató a toda la casa de Baasa, sin dejar en ella ningún hombre, ni parientes ni amigos.

1 de Reyes 16:12 Así exterminó Zimri a toda la casa de Baasa, conforme a la palabra que Jehová había proferido contra Baasa por medio del profeta Jehú,

1 de Reyes 16:13 por todos los pecados cometidos por Baasa, los pecados de Ela, su hijo, y los que hicieron cometer a Israel, provocando con sus vanidades el enojo de Jehová, Dios de Israel.

1 de Reyes 16:14 Los demás hechos de Ela, y todo lo que hizo, ¿no está todo escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Israel?

1 de Reyes 16:15 En el año veintisiete de Asa, rey de Judá, comenzó a reinar Zimri; y reinó siete días en Tirsa. El pueblo había acampado contra Gibetón, ciudad de los filisteos.

Zimri : Quinto rey de Israel: reinó solamente siete días. Cuando el pueblo descubrió lo que había hecho a Ela, seleccionó a Omri como su capitán y se rebeló. Temiendo ser capturado, Zimri se suicidó después de quemar el palacio.

1 de Reyes 16:16 Y el pueblo que estaba en el campamento oyó decir: «Zimri ha conspirado y ha dado muerte al rey». Entonces todo Israel proclamó aquel mismo día rey de Israel, en el campo de batalla, a Omri,[e] general del ejército.

1 de Reyes 16:17 Omri subió de Gibetón junto con todo Israel y sitiaron a Tirsa.

1 de Reyes 16:18 Al ver Zimri tomada la ciudad, se metió en el palacio de la casa real y prendió fuego a la casa consigo adentro. Así murió,

1 de Reyes 16:19 por los pecados que había cometido, haciendo lo malo ante los ojos de Jehová y andando en los caminos de Jeroboam, y en el pecado que este cometió al hacer pecar a Israel.

1 de Reyes 16:20 El resto de los hechos de Zimri y de su conspiración, ¿no está todo escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Israel?

1 de Reyes 16:21 Reinado de Omri. Entonces el pueblo de Israel se dividió en dos partes: la mitad del pueblo seguía a Tibni hijo de Ginat para hacerlo rey, y la otra mitad seguía a Omri.

Con el vacío de poder dejado por la muerte de Zimri, la mitad del pueblo de Israel siguió a Omri y la otra mitad a Tibni . Sin embargo, Omri tomó la iniciativa y se libró de Tibni. Como sexto rey del norte, Omri perpetuó la apostasía de Jeroboam.

Omri comenzó su reinado cuando se gestaban disensiones políticas en Israel. Después de que se suicidó el rey Zimri, el ejército israelita eligió a Omri, su general, como el siguiente rey. Tibni, el principal rival al trono de Omri, murió. Omri luego comenzó su malvado reinado. Durante sus doce años de gobierno sobre Israel, fue un líder astuto y capaz. Organizó la construcción de su nueva ciudad capital, Samaria, mientras que fortaleció a la nación de manera política y militar. Pero no le interesó la condición espiritual de la nación, y a propósito llevó a Israel a alejarse de Dios para poder tener en sus manos mucho más poder.

1 de Reyes 16:22 Pero el pueblo que seguía a Omri pudo más que el que seguía a Tibni hijo de Ginat. Tibni murió y Omri se convirtió en rey.

1 de Reyes 16:23 En el año treinta y uno de Asa, rey de Judá, comenzó a reinar Omri sobre Israel, y reinó doce años; en Tirsa reinó seis años.

1 de Reyes 16:24 Omri compró a Semer el monte de Samaria por dos talentos de plata, edificó en el monte y llamó a la ciudad que había edificado Samaria, por el nombre de Semer, que fue dueño de aquel monte.

Samaria : El logro más notable de Omri fue la construcción de Samaria, nueva capital de Israel. Siquem sirvió de capital a las diez tribus del norte por un breve período de tiempo, luego Jeroboam la trasladó a Tirsa, donde permaneció hasta que Omri la llevó a Samaria. La ubicación de Samaria la hacía casi inexpugnable y resistió terribles asaltos, hasta que finalmente fue capturada por los asirios en el 722 a.C.. Samaria se repobló con extranjeros que introdujeron prácticas idólatras. Los matrimonios de estos extranjeros con los nativos judíos creó la etnia de los samaritanos, quienes eran odiados por los judíos que en tiempos de Jesús se consideraban puros.

La nueva capital de Omri, Samaria, ofrecía algunas ventajas políticas. La ciudad era su propiedad personal, por lo tanto tenía un control total sobre ella. Samaria estaba ubicada en la cima de una colina, lo que hacía más fácil su defensa. Omri murió antes de terminar la ciudad. Por lo tanto su hijo, Acab, la terminó, construyendo no sólo el hermoso palacio de marfil, sino además un templo para el dios Baal. Samaria sirvió como ciudad capital durante el resto de las dinastías de Israel hasta que cayó delante de los asirios en 722 a.C.

1 de Reyes 16:25 Omri hizo lo malo ante los ojos de Jehová; lo hizo peor que todos los que habían reinado antes de él,

1 de Reyes 16:26 pues anduvo en todos los caminos de Jeroboam hijo de Nabat, y en el pecado que aquel hizo cometer a Israel, al provocar con sus ídolos la ira de Jehová, Dios de Israel.[f]

1 de Reyes 16:27 Los demás hechos de Omri, todo lo que hizo, y las acciones valientes que ejecutó, ¿no está todo escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Israel?[g]

1 de Reyes 16:28 Omri durmió con sus padres y fue sepultado en Samaria. En su lugar reinó Acab, su hijo.

1 de Reyes 16:29 Reinado de Acab[h]. Comenzó a reinar Acab hijo de Omri sobre Israel el año treinta y ocho de Asa, rey de Judá,

Asa se convirtió en rey de Judá cuando Jeroboam aún ocupaba el trono de Israel. Siguió como monarca en el sur mientras el norte estaba bajo el mando de los reyes Nadab, Baasa, Ela, Zimri y Omri. Asa todavía gobernaba cuando Acab, el séptimo y peor de los reyes de Israel, ascendió al trono.

1 de Reyes 16:30 y reinó sobre Israel en Samaria veintidós años. Pero Acab hijo de Omri hizo lo malo ante los ojos de Jehová, más que todos los que reinaron antes de él,

1 de Reyes 16:31 pues no le bastó andar en los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, sino que tomó por mujer a Jezabel,[i] hija de Et-baal, rey de los sidonios, y fue, sirvió a Baal y lo adoró.[j]

Tomó por mujer a Jezabel , quien era una celosa participante del culto a Baal . Este matrimonio de Acab representó la aceptación oficial de las prácticas inmorales e idólatras de su esposa.

La malvada esposa de Acab, Jezabel, provenía de la ciudad fenicia de Tiro donde su padre había sido sumo sacerdote y a la larga rey. Jezabel adoraba al dios Baal. Para complacerla, Acab edificó un templo y un altar para Baal, promoviendo así la idolatría y guiando a la nación entera al pecado.

1 de Reyes 16:32 Construyó además un altar a Baal en el templo que él le edificó en Samaria.

1 de Reyes 16:33 También hizo Acab una imagen de Asera,[k] para provocar así la ira de Jehová, Dios de Israel, más que todos los reyes de Israel que reinaron antes de él.

1 de Reyes 16:34 En tiempos de Acab, Hiel, el de Bet-el, reedificó a Jericó.[l] Al precio de la vida de Abiram, su primogénito, echó el cimiento, y al precio de la vida de Segub, su hijo menor, puso sus puertas, conforme a la palabra que Jehová le había anunciado por medio de Josué hijo de Nun.[m]

A la larga, Baasa es condenado por Dios por haber seguido las pisadas de la casa de Jeroboam y especialmente por haberla destruido. Puede ser que esta ambivalencia respecto a la evaluación de Baasa se atribuya a la misma oscuridad de la historia (Brueggemann). En realidad, pese a lo extenso de su reinado (24 años), el tiempo de Baasa en el trono es singular por su carencia de importancia.

El oráculo de Jehú es importante para los propósitos del escritor bíblico. Muy adrede hay un paralelismo entre lo dicho por este profeta y las palabras de Ajías referentes a la casa de Jeroboam. El texto hace esta conexión verbal directamente. Ya que Baasa es de la casa de Jeroboam especialmente en su comportamiento, las palabras condenatorias de ambos profetas vienen al caso perfectamente. Aun la ubicación de las palabras referentes al profeta Jehú (entre la sección de cierre tradicional respecto a Baasa y el rey que sigue) refuerza su énfasis. Aunque las palabras de Jehú son dirigidas a Baasa, tienen su alcance final en todos los demás miembros de su casa. La palabra del profeta no se limita al momento histórico en que se pronuncia; repercute en las generaciones sucesivas.

Habiendo dicho todo lo anterior, conviene que la vida de estos dos reyes (Nadab y Baasa) se estudien en conjunto. Veamos algunas cosas que tienen en común:

(1) Ambos fueron reyes de Israel por sucesión o por designación divina.

(2) Ambos siguieron el camino pecaminoso de sus padres, e “hicieron pecar a Israel”

(3) Ambos fueron castigados por Dios.

Hay pocas diferencias entre los dos. Además, había una costumbre oriental muy cruel que quien llegaba al trono debía matar a todos los aspirantes. Esto indica que Baasa llegó al trono por sobre una pila de muertos. Sin embargo, en todo esto está la mano de Dios, quien “quita y pone reyes”. Al final, el mismo Baasa fue castigado por su mala conducta e idolatría. Nótese que Dios usa a un pecador para castigar a otro pecador; y también que, debido a la gran decadencia moral y espiritual de Israel, en adelante la línea de reyes por familia sería muy corta.

Reinado de Ela

La introducción a este reinado es ya de cajón, es decir, el formato se asemeja a las demás introducciones ya vistas. No tan solo la introducción es muy tradicional, sino que los relatos en relación a asesinatos suelen tomar una forma muy similar; es el caso en esta historia. El comentarista Walsh señala que casi la descripción de todos los asesinatos de reyes toman una forma en común:

(1) Se narra la conspiración, y se da el nombre del asesino;

(2) el asesino hiere al rey y, al final, lo mata;

(3) el asesino ocupa el trono del rey difunto.

…y reinó dos años. Según The Wycliff Bible Commentary, el reinado de Ela duraría solo un poco más de un año, ya que una parte de un año se contaba como completo entre los hebreos. Esto acentúa aun más la brevedad del tiempo de Ela en el trono.

El hijo de Baasa fue el cuarto rey de Israel. Tuvo un reinado muy débil y pasajero. Desde el principio confrontó problemas; su incapacidad y su vida libertina aceleraron su trágico fin. A diferencia de  Nadab quien murió en batalla, Ela estaba borracho cuando su propio empleado y general del ejército, Zimri, se rebeló y lo mató. Además, toda la familia de Ela y, hasta sus amigos, fueron aniquilados en cumplimiento de la profecía. No quedó ninguno para ocupar el trono, sino solo el asesino.

Al igual que en el caso de Nadab, también asesinado, el deuteronomista no da pormenores respecto a la sepultura de Ela.

Profecía cumplida A través de Jehú llegó la profecía de la destrucción de la casa de Baasa. En menos de una generación llegó el cumplimiento de esa profecía. La palabra de Jehová siempre se cumple.

Reinado de Zimri

Pese a la brevedad de su reinado, el historiador bíblico le confiere su lugar como rey, ya que se incluyen todas las fórmulas que se han visto en los demás reyes.

Muy poco se sabe de este rey. Solo se le conoce como un servidor, conspirador y asesino. Gobernó en un tiempo muy difícil. El reino del norte iba de mal en peor. El pueblo estaba dividido por diferentes aspirantes al trono. Al mismo tiempo había una situación de guerra. Recuérdese que llegó al poder matando a Ela y a toda la familia real. Precisamente por su actuación en contra del rey legítimo, el pueblo se le sublevó y proclamó rey a Omri. Zimri quería hacerse fuerte en el poder, pero el pueblo no quería un usurpador y le hizo frente. Cuando se dio cuenta de que su causa estaba perdida, se encerró en el palacio real, le prendió fuego, y se suicidó. El palacio había sido sitiado por las tropas de Omri y por eso no había escape. Todo esto tuvo lugar en Tirsa, la capital de Israel en ese tiempo. Zimri apenas pudo usurpar las riendas del reino por una semana. No se puede llamar a eso “gobernar”.

Reinado de Omri

Estos versículos, colocados entre las fórmulas tradicionales del cierre del reinado de Zimri y el comienzo del de Omri, reflejan la realidad histórica de los tiempos. Entre los dos reinados se libraba una lucha de cuatro años entre Tibni y Omri.

Esto producía una guerra civil en la que no había un rey confirmado en el trono de Israel. La terminología del historiador confirma la tirantez que existía entre las dos bandas. Se termina la lucha con Omri en el trono y Tibni muerto.

Con la llegada de Omri finalmente al trono, se ejemplifica una de las características principales del historiador bíblico. Es curioso que el escritor sólo le dedique unos cuantos versículos al reinado de Omri, cuyo tiempo en el trono fue muy significativo desde el punto de vista de la historia.

Fuentes extrabíblicas elogian a Omri por sus logros: conquistó a Moab, hizo alianzas con Sidón y construyó la nueva ciudad capital, Samaria. Por muchos años después de su muerte Israel era llamado por sus vecinos “la casa de Omri”. Lo interesante es que el escritor bíblico hace caso omiso de mucho de esto; su evaluación del reinado de Omri no tiene que ver con logros económicomilitares, sino con aspectos teológicos: Pues anduvo en todo el camino de Jeroboam hijo de Nabat y en sus pecados con los que hizo pecar a Israel….

Omri fue el último rey de la familia de Jeroboam. Sobrepasó en maldad a todos sus antecesores y heredó un reino dividido. Pero después de cuatro años de guerra, logró triunfar y quedar solo en el trono. Aquí comenzó a unirse de nuevo Israel, y a disfrutar de un tiempo de paz y de prosperidad.

Aparte de su fracaso espiritual, se le conoce como el rey más poderoso y notable de los reyes del norte. él fundó la línea más estable y notable de familias reales en Israel. Tuvo el apoyo de todo el pueblo, aunque no desde un principio. En realidad, lo único bueno que el escritor bíblico dice de él es que edificó Samaria y la convirtió en su capital. El hecho de que Zimri había quemado el palacio real en Tirsa tendría mucho que ver con el cambio de ciudades capitales.

Brueggemann hace una comparación en tre David y Omri. Los dos tenían lo siguiente en común:

(1) Ambos eran respetados por sus vecinos como grandes líderes militares.

(2) Los dos lograron ciudades personales para su capital. David conquistó a Jerusalén y esta llegó a ser “ciudad de David”; Omri convierte la ciudad de Samaria en su propio terreno y la hace su capital.

(3) Ambos engendraron hijos infames que llegarían a ser reyes, practicantes del sincretismo y explotadores de la gente. Pese a estas comparaciones, el escritor bíblico tiene a Omri como el ejemplo máximo de la infidelidad.

La ira de Quemós La Piedra Moabita contiene esta inscripción: “Omri, rey de Israel, humilló a Moab muchos días, porque Quemós estaba airado contra su tierra”. Así como los israelitas creían que la ira de Jehová podía estar contra ellos, sus “primos” moabitas pensaban lo mismo de su deidad.

Principio del reinado de Acab

La historia de Acab, séptimo rey de Israel, ocupa el resto de este libro. Solo que por estar ligada al ministerio de un profeta como Elías, es justo darle un lugar en esta relación. Lo obvio es que, para el deuteronomista, el personaje más importante en estos relatos no es Acab sino Elías. Pero antes, tomaremos de estos versículos algunos aspectos sobresalientes del rey Acab.

Primero: Fue el peor de los más malos de los reyes de Israel. Su debilidad de carácter lo convierte en un muñeco manejado por Jezabel, su esposa, a su antojo. Ninguno de los reyes de los judíos ha dejado una historia más triste.

Segundo: Su pecado más grande fue el de unirse a una mujer extranjera, fanática, astuta y perversa como Jezabel. Ella era de procedencia sidonia o fenicia, hija del rey de Sidón. El casamiento con mujeres extranjeras ya se ha visto como algo particularmente dañino en el caso de Salomón, ya que irremisiblemente resultaba en la introducción de la idolatría. No faltan comparaciones entre Salomón y Acab en este sentido. Esto se aprecia aun en los nombres de los personajes involucrados. El suegro de Acab, el rey de Sidón, se llamaba Etbaal en heb. La forma fenicia de este nombre significaba “Baal existe”. No es ningún secreto que el rival más grande para Jehová en Israel sería en lo sucesivo Baal. Acab no tenía poca culpa en que así fuera en Israel. Aun el nombre de Jezabel tiene nexos con el dios sidonio. Su nombre alude a Baal como “príncipe”. Esta mujer es notable por su “celo misionero” al tratar por todos los medios de impulsar la idolatría más grosera e impura que puede imaginarse. Baal significa “señor y dueño”, y debía ser el sustituto de Jehová, el Dios de Israel. Para lograr esto, había que borrar toda señal del verdadero Dios. Acab construyó su propio altar y santuario al dios Baal. Su afán fue convertir a todo Israel a este abominable culto. En este, se ofrecían víctimas humanas; hasta niños eran sacrificados. Esta clase de idolatría era más peligrosa que otra cualquiera. Por ejemplo: Jeroboam adoraba los becerros, pero estos se consideraban como figuras de Jehová. Dios seguía siendo Dios. Pero entre los cananeos, Baal era el dios supremo. Jezabel fue tan enemiga de Jehová, que perseguía hasta la muerte a los profetas de Dios. Durante el reinado de Acab ella le abrió la puerta a cientos de profetas falsos.

Tercero: Acab demostró una total ignorancia y una falta de respeto por la ley de Dios. Aunque el texto no menciona a Acab, sería difícil que la reconstrucción se hiciese sin su consentimiento y aprobación. La expresión En su tiempo… sugiere tal cosa. ¿Cómo se le ocurre a Acab permitir que fuese fortificada una ciudad que había sido declarada maldita? ¿A quién debe culparse por esta maldición y por la muerte de los hijos de Jiel? ¿Serían sacrificados a Baal para asegurar su bendición sobre la reedificación? Ya se sabe que en ciertas ocasiones se sacrificaban niños a Baal. ¿Morirían en un accidente trágico? De todos modos, no hay duda que el escritor bíblico coloca la culpa ante Acab. Alguien escribió: “Con Acab se acaba todo lo bueno que quedaba en Israel”. Pero fue, justamente en este tiempo, el peor de Israel, cuando apareció uno de los profetas más destacados de toda la historia: Elías. Acab y Elías sobresalen por sus extremos opuestos: la impiedad y la perversidad de uno; y la justicia y la santidad del otro. Por este último, rompemos el hilo de la historia para darle entrada al gran profeta.

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