1 de Reyes 13:1 Los dos reinos (13.1–16.34) Jeroboam es amonestado de parte de Dios Mientras Jeroboam quemaba el incienso junto al altar, un hombre de Dios vino de Judá a Bet-el, enviado por Jehová.
La profecía de este anónimo varón de Dios contra Jeroboam es ciertamente notable, ya que menciona y describe lo que hizo Josías casi 300 años antes que este rey apareciera en escena.
1 de Reyes 13:2 Aquél clamó contra el altar por mandato de Jehová y dijo: «Altar, altar, así ha dicho Jehová: “A la casa de David le nacerá un hijo llamado Josías,[a] el cual sacrificará sobre ti a los sacerdotes de los lugares altos que queman sobre ti incienso, y sobre ti quemarán huesos de hombres”».
Trescientos años más tarde, esta profecía se cumplió en todo detalle cuando Josías mató a los sacerdotes paganos en sus propios altares. La historia se encuentra en 2 de Reyes 23:1-20.
1 de Reyes 13:3 Ese mismo día dio una señal diciendo: «Esta es la señal de que Jehová ha hablado: el altar se quebrará y la ceniza que sobre él está se derramará».
Para ilustrar que Dios no estaba complacido con los actos de idolatría propiciados por Jeroboam, y proporcionar un signo que confirmase la profecía sobre Josías, el altar de Jeroboam se quebrará.
1 de Reyes 13:4 Cuando el rey Jeroboam oyó la palabra del hombre de Dios que había clamado contra el altar de Bet-el, extendiendo su mano desde el altar, dijo: «¡Prendedle!». Pero la mano que había extendido contra el hombre de Dios se le secó, y no la pudo enderezar.
Como la mano simbolizaba autoridad, que ésta se secara era una prueba de la autoridad superior de Dios.
1 de Reyes 13:5 El altar se rompió y se derramó la ceniza que había en él, conforme a la señal que el hombre de Dios había dado por mandato de Jehová.
1 de Reyes 13:6 Entonces el rey, dirigiéndose al hombre de Dios, dijo: –Te pido que ruegues ante la presencia de Jehová, tu Dios, y ores por mí, para que mi mano sea restaurada. El hombre de Dios oró a Jehová y la mano del rey se le restauró; quedó como era antes.
Algunos piensan que Jeroboam manifiesta la condición pecaminosa de su corazón cuando se refiere al Señor no como «mi Dios», sino como tu Dios. Sin embargo, esto no tiene que ser necesariamente así.
1 de Reyes 13:7 El rey dijo al hombre de Dios: –Ven conmigo a casa, y comerás, y yo te daré un presente.
A este profeta Dios le había dado órdenes estrictas de no comer o beber nada mientras estuviera en su misión. Murió porque escuchó a un hombre que decía tener un mensaje de Dios, en vez de escuchar a Dios mismo. Este profeta debió haber seguido la Palabra de Dios en vez de los rumores. Confíe en lo que dicen las Escrituras y no en lo que alguien dice que es verdad. Rechace lo que otros digan que son mensajes de Dios si sus palabras contradicen la Biblia.
1 de Reyes 13:8 Pero el hombre de Dios respondió al rey: –Aunque me dieras la mitad de tu casa no iría contigo, ni comería pan ni bebería agua en este lugar.
Ni comería pan ni bebería agua : Hacerlo equivalía a una señal de aprobación.
1 de Reyes 13:9 Porque así me está ordenado por mandato de Jehová, que me ha dicho: “No comas pan, ni bebas agua, ni regreses por el mismo camino”.
1 de Reyes 13:10 Regresó, pues, por otro camino, y no volvió por el camino por donde había ido a Bet-el.
1 de Reyes 13:11 Vivía entonces en Bet-el un viejo profeta. Vino su hijo y le contó todo lo que el hombre de Dios había hecho aquel día en Bet-el; le contaron también a su padre las palabras que había dicho al rey.
El incidente de la seducción del varón de Dios, aunque algo confuso, sirve para mostrar cómo hasta este hombre de Dios había sido afectado por la malsana influencia de Jeroboam.
1 de Reyes 13:12 Su padre les dijo: –¿Por qué camino se fue? Sus hijos le mostraron el camino por donde había regresado el hombre de Dios que había venido de Judá.
1 de Reyes 13:13 Y él les dijo: –Ensilladme el asno. Ellos le ensillaron el asno y él lo montó.
1 de Reyes 13:14 Se fue tras el hombre de Dios y lo halló sentado debajo de una encina. –¿Eres tú el hombre de Dios que vino de Judá? –le preguntó. –Yo soy –le respondió él.
1 de Reyes 13:15 –Ven conmigo a casa y come algo –le dijo entonces.
1 de Reyes 13:16 Pero él respondió: –No podré volver contigo, ni iré contigo, ni tampoco comeré pan ni beberé agua contigo en este lugar.
1 de Reyes 13:17 Porque por mandato de Dios me ha sido dicho: “No comas pan ni bebas agua allí, ni regreses por el mismo camino”.
1 de Reyes 13:18 El otro le dijo, mintiéndole: –Yo también soy profeta como tú, y un ángel me ha hablado por mandato de Jehová, diciendo: “Tráele contigo a tu casa para que coma pan y beba agua”.
1 de Reyes 13:19 Entonces regresó con él y comió pan y bebió agua en su casa.
1 de Reyes 13:20 Cuando estaban sentados a la mesa, aconteció que Jehová habló al profeta que lo había hecho volver,
¿Por qué trata Dios con tanta dureza al varón de Dios y no al profeta, si ambos fueron desobedientes? Quizás porque el pecado del varón de Dios haría dudar de la profecía, dañando así la credibilidad del Señor. Ello explica la conducta del profeta viejo en versículos 31, 32.
1 de Reyes 13:21 el cual clamó al hombre de Dios que había venido de Judá diciendo: «Así dijo Jehová: Por cuanto has sido rebelde al mandato de Jehová, y no guardaste el mandamiento que Jehová, tu Dios, te había prescrito,
1 de Reyes 13:22 sino que volviste y comiste pan y bebiste agua en el lugar donde Jehová te había dicho que no comieras pan ni bebieras agua, no entrará tu cuerpo en el sepulcro de tus padres».
1 de Reyes 13:23 Después de haber comido pan y bebido, el que le había hecho volver le ensilló el asno.
1 de Reyes 13:24 Al partir, lo encontró un león en el camino y lo mató. Su cuerpo quedó tirado en el camino, y el asno y el león permanecieron junto al cuerpo.
Los leones eran mencionados con frecuencia en los tiempos del Antiguo Testamento. Eran lo bastante comunes como para ser una amenaza tanto para la gente como para los rebaños. Sansón, y Benaía todos se enfrentaron a leones salvajes. El hecho de que el león y el asno estaban parados al lado del cuerpo del profeta, mostraba que esto era un juicio divino. Normalmente, el león hubiese atacado al asno y/o devorado al hombre.
1 de Reyes 13:25 Unos que pasaban vieron el cuerpo que estaba echado en el camino, y al león que permanecía junto al cuerpo, y fueron a contarlo a la ciudad donde vivía el viejo profeta.
1 de Reyes 13:26 Cuando lo supo el profeta que le había hecho volver del camino, dijo: «¡Es el hombre de Dios que se rebeló al mandato de Jehová! Por tanto, Jehová lo ha entregado al león, que lo ha quebrantado y matado, conforme a la palabra de Jehová».
1 de Reyes 13:27 Luego dijo a sus hijos: «Ensilladme un asno». Ellos se lo ensillaron
1 de Reyes 13:28 y él partió. Halló el cuerpo tendido en el camino, y el asno y el león que permanecían junto al cuerpo; el león no había comido el cuerpo, ni dañado al asno.
1 de Reyes 13:29 Entonces tomó el profeta el cuerpo del varón de Dios, lo puso sobre el asno y se lo llevó. El profeta viejo fue a la ciudad para hacerle duelo y enterrarlo.
1 de Reyes 13:30 Puso el cuerpo en su sepulcro e hicieron duelo por él diciendo: «¡Ay, hermano mío!».
1 de Reyes 13:31 Después que lo enterraron, habló a sus hijos, y les dijo: «Cuando yo muera, enterradme en el sepulcro en que está sepultado el varón de Dios; poned mis huesos junto a los suyos.
1 de Reyes 13:32 Porque sin duda vendrá lo que él dijo a voces según la palabra de Jehová contra el altar que está en Bet-el y contra todas las casas de los lugares altos que están en las ciudades de Samaria».[b]
Samaria se convertiría en ciudad capital de diez de las tribus del norte (16.23, 24). Las ciudades de Samaria : Designa a todo el territorio de Israel.
1 de Reyes 13:33 Con todo esto, no se apartó Jeroboam de su mal camino, sino que volvió a designar sacerdotes de los lugares altos de entre el pueblo, y a quien quería lo consagraba para que fuera de los sacerdotes de los lugares altos.
Bajo pena de muerte, Dios había prohibido que alguien fuera sacerdote si no era de la tribu de Leví. Los levitas tenían asegurado el sustento de por vida por medio de los diezmos, por lo tanto no tenían que pasar tiempo en la agricultura ni preocuparse de los intereses de las tribus ni temer por su futuro financiero. Los nuevos sacerdotes de Jeroboam fueron remunerados por el rey con un salario. Tuvieron que mezclar los deberes seculares y religiosos, y rápidamente cayeron en la política partidista. Debido a que no tenían seguridad en el trabajo, fueron fácilmente corrompidos por los sobornos. La desobediencia de Jeroboam fue la caída de la religión verdadera en el reino del norte.
1 de Reyes 13:34 Esto fue causa de pecado para la casa de Jeroboam, por lo cual ha sido cortada y raída de sobre la faz de la tierra.
Aun después de este incidente con el varón de Dios, no se apartó Jeroboam de su mal camino. No solamente había ordenado a su propio sacerdocio (12.31; 13.33), sino que ahora consagraba a quien quería para que fuese de los sacerdotes de los lugares altos. A causa de su acto final de apostasía, la casa de Jeroboam sería cortada y raída de sobre la faz de la tierra.
Jeroboam
Hasta las advertencias más claras son difíciles de obedecer. La Biblia está llena de personas que tuvieron la instrucción de Dios y aun así decidieron hacer las cosas a su modo. Su desobediencia muy rara vez se debía a la ignorancia de lo que Dios quería. Por el contrario, era por un egoísmo necio. Jeroboam fue un ejemplo de estas peculiaridades tan humanas.
Durante la construcción, Salomón notó en el joven Jeroboam habilidades naturales de liderazgo y lo hizo capataz especial del proyecto. Muy pronto después de esto, Dios hizo contacto con Jeroboam por medio del profeta Ahías. Le dijo que castigaría la dinastía de David quitándole el reino al hijo de Salomón y que Jeroboam gobernaría las diez tribus del norte. Y Dios dejó muy claro que el mismo destino destruiría la familia de Jeroboam si se negaban a obedecerlo. Aparentemente, Salomón supo de estos hechos y trató de matar a Jeroboam. El futuro rey escapó a Egipto, donde permaneció hasta la muerte de Salomón.
Cuando Roboam, heredero de Salomón, tomó el trono, Jeroboam regresó. Representaba al pueblo al demandar que el siguiente rey fuera más misericordioso que su padre. La decisión necia de Roboam de rechazar la petición de su pueblo hizo que este lo rechazara como rey. Solo Judá y la tribu anexa de Benjamín permanecieron leales a la dinastía de David. Las otras diez tribus hicieron a Jeroboam su rey.
En vez de ver el cumplimiento de la promesa de Dios como una motivación para obedecerlo, Jeroboam decidió hacer lo que pudo para asegurar su posición. Llevó a su pueblo a apartarse de Dios que había sido quien le permitía reinar. Dios ya le había advertido cuáles serían las consecuencias de esta acción. Su familia fue eliminada a la larga. Jeroboam desencadenó hechos que llevarían a la destrucción del reino del norte.
Las consecuencias del pecado están garantizadas en la Palabra de Dios, es difícil predecir el tiempo en que se darán esas consecuencias. Cuando hacemos algo que se opone directamente a sus mandatos, y no hay un desastre inmediato, a menudo nos engañamos al creer que nos salimos con la nuestra al desobedecerlo. Pero ese pensamiento es peligroso. La vida de Jeroboam nos debe hacer reconocer nuestra necesidad frecuente de admitir nuestra desobediencia y pedir a Dios que nos perdone.
Puntos fuertes y logros :
— Un líder eficaz y organizador
— Primer rey de las diez tribus de Israel en el reino dividido
— Un líder carismático con mucho apoyo popular
Debilidades y errores :
— Erigió ídolos en Israel para mantener a su pueblo lejos del templo en Jerusalén
— Designó sacerdotes que no pertenecían a la tribu de Leví
— Dependió más de su propia astucia que de las promesas de Dios
Lecciones de su vida :
— Las grandes oportunidades son a menudo destruidas por pequeñas decisiones
— Los esfuerzos negligentes que se hacen para corregir los errores de otros, a menudo conducen a los mismos errores
— Siempre se comenten errores cuando intentamos tomar el papel de Dios en una situación
A Jeroboam lo encontramos en El reino del norte de Israel como Capataz especial de proyectos, rey de Israel. Hijo de Nabat y Zerúa. Padre de Abías y Nadab. Contemporáneo de Salomón, Natán, Ahías, Roboam
Jeroboam y el profeta de Judá
Cuando el rey hacía su primer sacrificio en Betel, se le presentó un profeta procedente de Judá. El nombre del profeta no se nos da. Respecto a la llegada del profeta, el heb. original es muy llamativo. La construcción gramatical hace que la acción sea muy actual y fuerte: “Mira que llega un hombre de Dios procedente de Judá por mandato del Señor para Betel”.
El versículo nos presenta una frase que va a dominar el resto del cap. 13: Por mandato de Jehová. Esta frase figura más en este capítulo que en todos los demás. Va a ser una frase importante para unir los dos relatos que se hacen en el capítulo.