1 de Crónicas 29: La ofrenda para el templo

A partir del versículo 2, David empieza a relatar todos los preparativos hechos personalmente por él para la construcción del templo. Algunos de los materiales almacenados no son fácilmente identificados. Piedras… de diversos colores, p. ej., pueden aludir a piedras de las cuales se hacían ciertas formas de maquillaje femenino para los ojos. Piedras de mármol o sea piedras blancas, tal vez alabastro, serían materiales sacados de canteras cerca de Damasco. En 2 de Crónicas 3:6 se encuentran algunas indicaciones de cómo se empleaban estas piedras en la construcción del templo. Estos materiales pueden compararse con los listados en de Crónicas 22:3 ss.

La apelación de David a la congregación para lograr sus contribuciones se basa en su propia disposición de dar generosamente de sus propios bienes.

Los versículos 4, 5 detallan lo que David ofrecía personalmente de sus cofres. Según algunos cálculos, la fortuna personal ofrecida por David llegaba a la suma de mas de 60.000.000 de dólares. ¿Será esto un ejemplo más de la tendencia a exageración del Cronista? Algunos opinan que esta cantidad no puede ser real, porque simplemente esa cantidad de dinero no estaría disponible durante este marco histórico. Puede ser que la misma tradición levítica haya contribuido estas cifras o, en su defecto, puede que el mismo Cronista simplemente sugería una cantidad que se consideraba digna. Sea cual fuere la verdadera situación histórica, se sabe que el Cronista no se encontraría cómodo con una sencilla fabricación engañosa. Su propósito nunca era engañar sino comunicar una verdad teológica. Dios era digno de lo máximo de parte de sus seguidores. ¿No tendríamos que decir lo mismo?

Cuando David pregunta a la congregación: … quién de vosotros se consagrará hoy a Jehová…i ?, emplea una expresión hallada en Éxodo 32:29. En el texto previo se hace referencia a los hijos de Leví cuando éstos se hacen aliados de Moisés después del pecado del pueblo con la fabricación del becerro de oro. El verbo “consagrar” tanto en el texto en Exodo como en el pasaje bajo consideración se traduce lit. “llenar las manos”. La misma expresión se utilizaba cuando la ordenación de sacerdotes. En este contexto, a los miembros de la congregación se les está pidiendo que se consagren al igual que los sacerdotes. Su tarea es tan sagrada como la de los sacerdotes. Dado el concepto del Cronista respecto al papel de los sacerdotes levíticos, esta expresión no es nada menos que sorprendente. Tal es su amor por el templo, no obstante, que se explica dentro del contexto histórico.

La respuesta de la congregación no se hizo esperar. Entre las cantidades enormes de dinero que se recaudaron había una cifra un tanto irregular. Se mencionan 10.000 dracmas de oro. Estas eran monedas persas con un valor en dólares de 56.000. Es digno de notarse que estas monedas persas no se acuñaban hasta 515 a. de J.C. durante el reinado de Darío I. Desde luego, esto representa un anacronismo, o sea se habla de una moneda que no existía en los días de David. Sí existía durante los días del Cronista. Se nota que todas las demás sumas se dan en talentos, o sea moneda hebrea, durante el reinado de David. El hecho de que la cantidad en dracmas es muy razonable y las cantidades en talentos muy exageradas puede atribuirse a que el Cronista entendía muy bien el valor de un dracma. Puede que no haya entendido perfectamente el valor relativo del talento durante el reinado de David; por ende, las sumas tan exageradas. Fuesen las cantidades las que fueran, el resultado es digno de reconocerse. Tanto el pueblo como David se alegraban por haberse dado voluntariamente a la causa del Señor (v. 9). Es cierto que Dios ama al dador alegre. Es más cierto aún que las ofrendas voluntarias sólo se dan cuando la gente da de sí mismo a Dios primero.

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