1 de Crónicas 28:1 David reunió en Jerusalén a todos los oficiales de Israel, los jefes de las tribus, los jefes de las divisiones que servían al rey, los jefes de millares, los jefes de centenas y los administradores de toda la hacienda y del ganado del rey y de sus hijos, con los oficiales y los poderosos, es decir, a todos los hombres valientes.
El autor de 1 Crónicas se dispone a narrar la transferencia del gobierno a Salomón, sin mencionar el intento de Adonías de convertirse en rey, y la súplica de Natán y Betsabé en favor de Salomón. Para un más amplio recuento, léase el texto y las notas a 1 de Reyes 1 y 2. Para el cronista, Salomón y el templo son temas importantes dentro de la historia de Judá. Por lo tanto, 1 de Crónicas habla de las instrucciones de David a Salomón en relación con el templo, mientras que en 1 Reyes éstas no se incluyen. Pero 1 Reyes recoge las instrucciones de David a Salomón sobre Joab y Simei, mientras ello no sucede en el caso de 1 de Crónicas. La inclusión o exclusión de tales eventos tiene que ver con el propósito del autor de ordenar su relato a fin de comunicar sus puntos de vista teológicos.
Los últimos dos capítulos de 1 Crónicas presentan una transición del reino de Israel de David a Salomón. El escritor de Crónicas no menciona la conspiración de Adonías ni la flaqueza de David. En cambio, se centra en lo positivo: los planes de Dios y su promesa para Israel y los descendientes de David.
1 de Crónicas 28:2 Entonces el rey David se puso en pie y dijo: Escuchadme, hermanos míos y pueblo mío; había pensado edificar una casa permanente para el arca del pacto del Señor y para estrado de nuestro Dios. Así había hecho arreglos para edificarla.
1 de Crónicas 28:3 Pero Dios me dijo: «No edificarás casa a mi nombre, porque eres hombre de guerra y has derramado mucha sangre.»
1 de Crónicas 28:4 Sin embargo, el Señor, Dios de Israel, me escogió de toda la casa de mi padre para ser rey de Israel para siempre. Porque El escogió a Judá para ser jefe; y de la casa de Judá, la casa de mi padre; y entre los hijos de mi padre, El se agradó de mí para hacerme rey sobre todo Israel.
1 de Crónicas 28:5 Y de todos mis hijos (porque el Señor me ha dado muchos hijos), El ha escogido a mi hijo Salomón para que se siente en el trono del reino del Señor sobre Israel.
El reino de Israel pertenecía a Dios, no a David o a cualquier otro hombre. El rey de Israel, entonces, era el asistente de Dios, comisionado para llevar a cabo la voluntad de El para la nación. Así, Dios pudo escoger a la persona que quiso como rey sin seguir las líneas acostumbradas de sucesión. David no fue el heredero de Saúl, y Salomón no fue el hijo mayor de David, pero esto no tuvo importancia debido a que Dios los designó.
1 de Crónicas 28:6 Y El me dijo: «Tu hijo Salomón es quien edificará mi casa y mis atrios; porque lo he escogido por hijo mío, y yo le seré por padre.