1 de Crónicas 26: Porteros y otros funcionarios

1 de Crónicas 26:1  Para las clases de porteros: de los coreítas, Meselemías, hijo de Coré, de los hijos de Asaf.

Los porteros , que se mencionan a continuación, eran aparentemente sacerdotes de tercera categoría, encargados de cuidar el templo (los «guardianes de la puerta»). Desempeñaban una gran variedad de tareas, como cuidar la entrada del templo, proteger el arca, y vigilar la colecta y distribución de ofrendas monetarias. Los porteros debían ser levitas, y su oficio se remontaba al tiempo de Moisés.

Había cuatro mil porteros del templo; todos eran levitas y también hacían muchos otros trabajos. Algunos de sus deberes incluían:

(1) Revisar el equipo y los utensilios usados cada día y asegurarse de que fueran regresados.
(2) Guardar, ordenar y mantener los suministros de alimento para los sacerdotes y los sacrificios.
(3) Cuidar el mobiliario del templo.
(4) Mezclar el incienso que se quemaba diariamente.
(5) Y registrar las ofrendas entregadas.

1 de Crónicas 26:2  Y Meselemías tuvo hijos: Zacarías el primogénito, Jediael el segundo, Zebadías el tercero, Jatniel el cuarto,

1 de Crónicas 26:3  Elam el quinto, Johanán el sexto, Elioenai el séptimo.

1 de Crónicas 26:4  Y Obed-edom tuvo hijos: Semaías el primogénito, Jozabad el segundo, Joa el tercero, Sacar el cuarto, Natanael el quinto,

1 de Crónicas 26:5  Amiel el sexto, Isacar el séptimo y Paultai el octavo; porque Dios lo había bendecido.

«Dios había bendecido a Obed-edom». La condición de los niños en la sociedad ha fluctuado a lo largo de la historia. Algunas veces son grandemente estimados, y otras abusados y engañados. Pero las Escrituras no muestran tal vacilación. Los niños son la bendición de Dios y nunca son vistos como una carga.

1 de Crónicas 26:6  Y a Semaías también le nacieron hijos que gobernaron la casa de su padre, porque eran hombres fuertes y valientes.

1 de Crónicas 26:7  Los hijos de Semaías fueron Otni, Rafael, Obed y Elzabad, y sus hermanos, los valientes Eliú y Samaquías.

El botín de guerra pertenecía al ejército victorioso. Estos soldados, sin embargo, dieron su porción del botín de batalla al templo para expresar su dedicación a Dios. Al igual que estos soldados, debemos pensar en lo que podemos dar, y no en lo que estamos obligados a dar. ¿Representa para usted la ofrenda gozo o deber? Dé con gozo y por amor a Dios y a los demás.

1 de Crónicas 26:8  Todos éstos fueron de los hijos de Obed-edom; ellos, sus hijos y sus parientes fueron hombres capaces con fuerza para el servicio: sesenta y dos de Obed-edom.

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