1 de Crónicas 21:1 David censa al pueblo (2 S 24.1-25) Se levantó Satanás[a] contra Israel e incitó a David a que hiciera censo del pueblo.
En esta coyuntura, 1 Crónicas obvia cierto número de acontecimientos en la vida de David y procede a narrar el final de su vida. El cronista no aborda los acontecimientos de 2 Samuel 13.1-23.7, incluyendo los problemas de David con Amnón y Tamar, su hijo Absalón, Siba, Simei y Seba. En lugar de ello, el autor se ocupa directamente de los acontecimientos relacionados con la construcción del templo.
Hiciese censo de Israel : El censo que ordena David en este capítulo también se recoge en 2 de Samuel 24, pero allí se dice que Dios instó a David a realizar el censo porque estaba enojado con Israel (la razón no está clara). Interpretar el incidente del censo ha sido problemático porque Dios no incita a nadie a pecar y debido a que no se explica la razón de lo inoportuno del censo. El primer problema se aclara al comparar 2 de Samuel 24.1 con 1 de Crónicas 21:1. Dios no incitó directamente a David a hacer algo por lo cual después lo juzgaría; en lugar de ello, permitió a Satanás suscitar en David las intenciones que probablemente ya éste acariciaba en su corazón.
Esto es similar a lo que ocurrió cuando el Señor permitió a Satanás atormentar a Job o cuando Saúl fue atormentado por un espíritu maligno. Esta es una de las tres ocasiones en que Satanás (literalmente, «el adversario») se menciona por nombre en el AT. Aunque no se nos dice por qué era pecaminoso realizar un censo, ello probablemente indica que David confiaba más en la fuerza militar que poseía, que en el poder de Dios; o que era una violación de las instrucciones de Dios a Moisés sobre cómo conducirlo. El primero sería un pecado por el motivo que lo inspiró; y el segundo, por la forma como se llevó a cabo.
El censo de David acarreó el desastre debido a que, a diferencia de los censos tomados en el libro de Números los cuales Dios había ordenado, este censo se llevó a cabo para que David pudiera sentirse orgulloso de la fortaleza de su ejército. Al determinar su poder militar, estaba comenzando a confiar más en este poder que en la fuerza de Dios. Existe una línea muy delgada entre la dependencia que confía en el poder de Dios y la soberbia porque Dios lo ha usado para grandes propósitos.
El texto bíblico dice que Satanás incitó a David para hacer un censo. ¿Acaso puede forzar Satanás a la gente a hacer cosas malas? No, Satanás sólo tentó a David con la idea, pero fue David el que decidió hacerlo. Desde el huerto del Edén, siempre Satanás ha estado tentando a la gente a pecar. El censo de David no iba en contra de la ley de Dios, pero el motivo del censo estaba mal: sentía orgullo por su ejército poderoso, mientras olvidaba que su verdadera fortaleza provenía de Dios. Incluso Joab, quien no era conocido por sus ideales de alta moral, reconoció que el censo era un pecado. Del ejemplo de David podemos aprender que un acto que por sí mismo no es malo, puede llegar a ser un pecado si lo motivan la codicia, la arrogancia o el egoísmo. A menudo nuestros motivos, y no nuestras acciones, originan el pecado. Debemos sopesar constantemente nuestros motivos antes de actuar.