Monogamia vs. repoblación
La lectura de la Biblia como un todo, permite extraer hoy la enseñanza básica de la monogamia como el propósito de Dios para el ser humano. En la cultura latina, no es extraño que «se le permita» al hombre tener experiencias sexuales antes del matrimonio. Casi se podría decir que se le exige tenerlas, de otra forma, caería bajo la sospecha de tener inclinaciones homosexuales. En el Paraguay se dió una situación muy particular que acentuó el hecho del llamado «macho latino». Varias guerras desangraron el país, especialmente las de la Triple Alianza y del Chaco. Se maneja la estadística que afirma que cerca de 700.000 hombres murieron, dejando en el país miles de viudas, y a la vez, solteras que no tendrían ocasión de hallar a su futuro esposo por la escasez de varones. Se produce entonces un período conocido como la «repoblación», en el que existió una ley no escrita que permitía a un hombre tener una gran cantidad de hijos de una gran cantidad de mujeres.
Conocí un joven, evangélico desde niño, que encontró a la que sería su esposa a la edad de 26 años. Sus valores cristianos, bien cimentados y guardados, a pesar de la presión del medio, hicieron que se mantuviera casto hasta esa edad. Cuando su futura suegra se enteró de esa virtud, transmitió a su hija su preocupación de que podía ser lastimada en los primeros días de bodas, ya que el joven «no tenía experiencia». Es decir, la mujer habría preferido que su futuro yerno tuviera un conocimiento práctico previo en materia sexual. Hoy tienen un hermoso bebé, y aparentemente ¡no parecen tener problemas en su vida conyugal!