Los que servían en el tabernáculo
Como ya se ha expresado, el Cronista suele basarse en fuentes antiguas para luego reinterpretarlas para su propia generación. Esto se patentiza al observar que el Cronista escribe para la comunidad postexílica, pero refleja también elementos propiamente del tiempo de David. Para tiempos posteriores al de David, se demandaba que el culto se centralizara sólo en Jerusalén. El Sitz im Leben (situación en la vida real) de David respecto al culto se refleja en que se admiten dos lugares de culto: uno en Gabaón y otro en Jerusalén. Sadoc habría estado ministrando desde el tiempo de Saúl en Gabaón dentro del antiguo tabernáculo con todo el aparato de los sacrificios. David pone a trabajar a Asaf en un nuevo culto ante el arca del pacto dentro de la nueva tienda; a la vez reconfirma el papel de Sadoc en Gabaón. Se debe recalcar que el culto en Jerusalén era sin sacrificios. El sacrificio que David había oficiado, como ya se dijo, no tenía el propósito de usurpar el papel de los levitas. Hay pruebas de que el culto que David auspicia en Jerusalén es de puro canto. No hay ninguna duda que para el Cronista este culto era tan válido como el de sacrificios. Algo en cierta medida análogo, y pudiera servir como precedente, fue el altar de “testimonio” que los rubenitas y los gaditas construyeron al ocupar sus territorios del otro lado del río Jordán después de la conquista. Se ha hecho notar que dentro de todos los escritos Crónicas—Nehemías se hace mención muy poco de Moisés (el que fundó el culto dentro del tabernáculo), pero se menciona muchísimas veces a David, el fundador del culto musical ante el arca en Jerusalén.
Ya se ha hablado de Gabaón como sitio del tabernáculo. El versículo 39 representa también la primera ocasión en donde escrituralmente se habla de Gabaón como la ubicación del antiguo templo portátil sagrado de los hebreos. Anteriormente había estado situado en Nob. No se sabe si Gabaón era considerado como un “lugar alto” antes de que el tabernáculo fuese trasladado allí. Lo que se sabe a ciencia cierta es que tal santuario permaneció en ese lugar y representaba el lugar alto principal hasta la construcción del templo de Salomón. Por muchos años, después del establecimiento de un culto en Jerusalén de parte de David, había dos lugares en donde la nación israelita adoraba: Gabaón y Jerusalén.
Se nota algo inusitado en el versículo 42. Se nos dice que Hemán y Jedutún, levitas músicos, fueron dados también el trabajo de porteros. Esto es el único caso en donde se halla un trabajo dual para un levita. Algunos comentaristas opinan que la frase no es original con el Cronista sino un agregado por un comentarista posterior. No hay nada lógico, sin embargo, que impida que el mismo levita pudiera realizar dos tareas.
El hombre orquesta
Se da un caso en 16:42 de dos levitas que realizaban dos tareas. Esto suena perfectamente normal a nuestros oídos, no así para el israelita. En su organización y estructura social, política y litúrgica, cada individuo era responsable de un solo cargo, a fin de realizarlo con el máximo de dedicación. Esto sería ideal para nuestras iglesias: cada miembro realizando sólo una labor dentro del ministerio. Sin embargo, no siempre los ideales pueden cumplirse. El liderazgo de hoy es bastante complejo: se puede ver a un pastor biocupacional al frente de una iglesia con su oficio o profesión paralela. En muchos casos el líder debe ejercer otra ocupación para sustentar dignamente a su familia. Pero algunos de ellos cometen abusos. Conozco decenas de pastores latinos que, además de liderar una congregación de 50 a 100 miembros y trabajar secularmente por 6 u 8 horas diarias, se desempeñan en los más diversos cargos: Director de algún departamento de la convención denominacional, profesor en seminarios o institutos bíblicos, miembro de organizaciones paraeclesiásticas, escritor de materiales de educación cristiana regionales, y muchas veces con proyectos editoriales a mediano o largo plazo. Este «hombre orquesta» está expuesto a tres cosas:
1. A sufrir un surmenage o agotamiento físico y mental severo que puede incluso traer consecuencias irreversibles.
2. A no cumplir eficientemente ninguna de sus responsabilidades ya que todo lo hace en un mínimo de tiempo.
3. A descuidar el desarrollo de su familia: cónyuge e hijos.
Es realmente penoso ver siervos de Dios bajo la influencia de un estrés crónico, sin tiempo para ninguna otra cosa que sus ocupaciones. Los levitas deberían ser modelos del liderazgo moderno: ocupados y dedicados a su tarea única que, ya sea sencilla o compleja, era cumplida eficazmente.