Hubo hombres voluntarios de la tribu de Manasés que no se quedaron atrás en su deseo de aliarse a David contra Saúl. Según 1 Samuel 29, los filisteos llegaron a desconfiar de David cuando estos iban a entrar en batalla. Pese al hecho de que David había vivido entre ellos y les había demostrado su valentía, los príncipes de los filisteos no permitieron que se les uniera en batalla. En 1 de Samuel 30 se nos habla de la batalla de David por Siclag. Nuestros versículos nos dicen que estos hombres valientes de Manasés se unieron a David rumbo a esta batalla. El versículo 22 nos declara más explícitamente por qué Saúl perdió ante los filisteos; sus fuerzas iban debilitándose diariamente por la deserción de los suyos en pro de David. La expresión como un ejército de Dios tiene forma superlativa; no expresa tanto el número de sus fuerzas como la lealtad con la que los hombres valientes servían a David.
Sacerdotes En 12:18, extrañamente, se lee de un guerrero lleno del Espíritu de Dios. No era común que esto sucediera, no era la norma. Sin embargo, ocurrió, y David los colocó como jefes de tropas. Podemos desprender de este evento una gran verdad práctica: Dios utiliza a quien él quiere, de la forma que desee. Hoy se hace demasiado énfasis en los ministerios personalistas en donde el predicador carismático es el poseedor de la mediación. Este líder es casi un sacerdote investido de poderes especiales que le confieren autoridad para ministrar y obrar portentos en favor del pueblo. Sin embargo, y esto lo podemos ver en este versículo, Dios obra por medio de gente ajena al liderazgo espiritual propiamente dicho. El creyente «común» (entiéndase sin cargos importantes en la iglesia) tiene hoy la posibilidad de ministrar pastoralmente al igual que los líderes. 1 de Pedro 2:9 lo expresa diciendo que el creyente es parte esencial del «real sacerdocio». Las denominaciones de corte neopentecostal, surgidas a partir de principios de 1980, atraen multitudes precisamente por esto: por despertar los dones y los ministerios, y por motivar a los sacerdotes potenciales que son cada uno de los asistentes.
Los que hicieron rey a David en Israel,1 de Pedro 12:23-40. Este pasaje representa un esfuerzo adicional del Cronista por demostrar el respaldo y lealtad totales con que gozaba David cuando fue coronado en Hebrón. Lo que sí se destaca es que la totalidad de Israel (todas las tribus) se hace presente.
La expresión conforme a la palabra de Jehová puede basarse en 1 de Samuel 16:1-13. Esto lleva implícita la idea de que la coronación sería efectuada por alguien dotado de autoridad profética, en este caso Samuel.
Llama la atención el número relativamente corto de los hijos de Judá. En otras partes el Cronista ha tendido a recalcar la importancia de Judá mediante números superiores a las otras tribus. Es más, las tribus que normalmente demuestran ser patentemente menores son las que aportan más hombres para respaldar a David en la coronación: las tribus transjordanas y las de Zabulón, Aser. ¿Cómo se explica? Puede ser que la tribu de Judá parezca menor en esta ocasión, porque muchos hombres guerreros de Judá ya estaban con David en Hebrón antes de que llegasen los mencionados por el Cronista en este pasaje. De otro modo, puede que éste sea el vehículo literario del Cronista para demostrar que había mucho más respaldo para David de parte de las tribus norteñas de lo que se había creído anteriormente.
El hecho de que se incluya a la tribu de Leví, siendo ésta la decimotercera por la inclusión de Efraín y Manasés, hace que algunos piensen que no sea original del Cronista sino un agregado posterior. Esto es un poco ilógico dado el interés patente del Cronista por la tribu de Leví. Lo que sí se puede aducir es que la función de estos “guerreros” levíticos sería más bien religiosa que militar.
El comentarista Sawyer duda que Joyada y Sadoc sean los sacerdotes de los mismos nombres. Pareciera, no obstante, que el Cronista tenía la intención de identificar a Joyada con el mencionado en 1 de Crónicas 27:5 y en 2 de Samuel 8:18. Lo mismo puede decirse respecto a Sadoc en 2 de Samuel 8:17.