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1 de Crónicas 11: David, proclamado rey de Israel

1 de Crónicas 11:1 David, proclamado rey de Israel. Entonces todo Israel se congregó en torno a David en Hebrón, y le dijeron: «Nosotros somos tu hueso y tu carne.

Véase el texto y las notas a 2 de Samuel 5:1-7, para más información sobre la coronación de David y la captura de Jerusalén.

Los detalles de cómo David llegó al poder se relatan con mayor amplitud en 2 Samuel. Crónicas enfatiza que Dios nombró a David como gobernante, aun cuando utilizó los esfuerzos de muchas personas, incluso algunos de la propia familia de Saúl. Dios sigue siendo soberano sobre la historia, dirige los sucesos para cumplir su voluntad. Los libros de Crónicas demuestran que no importa lo que el hombre haga para entorpecer la obra de Dios, El sigue controlando todos los hechos y obra su voluntad en ellos.

1 de Crónicas 11:2 También antes de ahora, mientras Saúl reinaba, tú eras quien sacaba a la guerra a Israel, y lo volvías a traer. También Jehová tu Dios te ha dicho: “Tú apacentarás a mi pueblo Israel,[a] y tú serás príncipe sobre Israel, mi pueblo”».

1 de Crónicas 11:3 Y vinieron todos los ancianos de Israel ante el rey, en Hebrón; David hizo un pacto con ellos delante de Jehová, y ungieron a David como rey sobre Israel, por medio de Samuel,[b] conforme a la palabra de Jehová.

David fue rey sobre Judá por siete años y medio antes de capturar Jerusalén. Cuando finalmente David fue ungido rey sobre Israel, habían pasado veinte años desde que Samuel lo había ungido. Vale la pena esperar que se cumplan las promesas de Dios. Aun cuando su tiempo no coincida con nuestras expectativas o deseos.

1 de Crónicas 11:4 David toma la fortaleza de Sión. Entonces se fue David con todo Israel a Jerusalén, la cual es Jebús; y los jebuseos[c] habitaban en aquella tierra.

David eligió a Jerusalén como capital por motivos políticos y militares. Jerusalén estaba cerca del centro del reino y, debido a que se localizaba en una frontera tribal, era un territorio neutral. Por lo tanto su localización aminoraba los celos entre las tribus. Además Jerusalén estaba localizada en una colina alta, lo que hacía difícil el ataque.

1 de Crónicas 11:5 Y los habitantes de Jebús dijeron a David: «No entrarás acá». Pero David tomó la fortaleza de Sión, que es la Ciudad de David.

1 de Crónicas 11:6 David había dicho: «El que primero derrote a los jebuseos será cabeza y jefe». Entonces Joab hijo de Sarvia subió el primero, y fue hecho jefe.[d]

1 de Crónicas 11:7 Se instaló David en la fortaleza, y por esto la llamaron la Ciudad de David.

1 de Crónicas 11:8 Edificó la ciudad alrededor, desde Milo hasta el muro; y Joab reparó el resto de la ciudad.[e]

1 de Crónicas 11:9 Y David iba adelantando y creciendo, y Jehová de los ejércitos estaba con él.

El poder de David aumentó como resultado directo de su firme confianza en Dios. En contraste, el poder de Saúl disminuyó debido a que quiso todo el crédito para sí e ignoró a Dios. Aquellos que se concentran en construir un nombre para sí se arriesgan a perder el reconocimiento que buscan. Al igual que David, debemos preocuparnos por la rectitud, honestidad y excelencia, y dejar los resultados a Dios.

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